Era algo predecible pensar cómo alguien reaccionaría cuando le dan una noticia verdaderamente impactante, o al menos había dos formas más predecibles de reaccionar. La primera —y la más obvia— sería saltar y gritar como loca de felicidad, y la segunda —la más aburrida, verificar que todo sea cierto y no una broma pesada.
La verdad era que yo no había actuado de ninguna de las dos maneras. Lo primero que hice fue quedar boquiabierta por lo que pudo ser una hora o más, pero suponía que no habían sido más que unos cuantos minutos.
No emití una sola palabra, solo vi como Gia movía la boca al hablar, pero no logré captar ninguna palabra que salía de ella. O al menos no lo hice hasta que empezó a chasquear los dedos frente a mí y logré escuchar como preguntaba si estaba escuchando algo de lo que decía.
—Alya, espabila —chasqueó los dedos una vez más—. Tendrás solo un ensayo con él. Debes aprenderte la letra de No es real para ayer, Joey trabajara contigo.
—Pero-
—¡Ahora ve!
Su grito me hizo bajar de un salto de la banca donde estaba sentada y salí corriendo a donde me había indicado.
¿En realidad estaba pasando lo que estaba pensando?, pensé en mi interior, a la vez que corría por el pasillo. No podía creerlo.
Elián era un artista que había sido descubierto hacía unos cuantos años. Su voz, su historia y su forma de desenvolverse en un escenario me habían enganchado la primera vez que lo oí en un concurso de talentos al que había audicionado. Hacía cinco que había lanzado su carrera musical y logró hacerse un nombre en la industria en muy poco tiempo.
La noticia del dueto seguía sintiéndose irreal, a pesar de tener la letra de la canción en mis manos y su nombre sobre el mío impreso en la hoja en negrita y subrayado. Era sorprendente pues un año atrás o quizás dos, había empezado a ser relacionado con problemas de adicción y hasta hace pocos meses se había vuelto como un fantasma. No aparecía en ningún medio, pero todos sabían que seguía allí.
La presión por ser parte de lo que suponía sería su regreso a los medios cayó sobre mis hombros y combinar eso con mis nervios no era nada bueno para mi salud mental.
Joder.
Era increíble.
Mentiría si no dijera que una pequeña parte de mí había rogado porque aquello sucediera. Años atrás —cuando era una tonta fan enamorada, hasta ese momento me limitaba a ser simplemente fan— hasta le habría suplicado a todos los astros o cualquier ente inexistente por esa oportunidad y estaba sucediendo.
Caminé apresurada por el pasillo, intentando ordenar mis pensamientos y detuve mis pasos al percibir la presencia de alguien acercándose. Detenerme no fue una buena idea, pues con las ultimas noticias siendo un revoltijo en mi cabeza casi olvidé por completo a donde debía dirigirme.
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Estrellas perdidas
Genç Kurgu«Que nuestros sueños sean como estrellas y brillen cuando la vida solo nos dé oscuridad» *** Alya siempre anheló brillar como las estrellas y deleit...