—Ufff, nunca pensé que esta mierda podía sentirse tan putamente bien. —Comentó el platino echando su cabeza atrás en la silla, disfrutando de las atenciones que su novia le brindaba ese día.
Como ambos llevaban tanto tiempo juntos, cada cierto tiempo se decidían a innovar con sus encuentros íntimos para salir de la rutina, y aquella ocasión, Asuka tomó el control y decidió sorprenderlo.
Ya en otras ocasiones le había hecho un masaje con sus pechos, pero nunca antes había usado aceites. Se alegraba que su idea estuviera siendo tan bien recibida por su novio, pues nunca lo había sentido así de alterado. Por lo general aquel, siempre había sigo el juego previo, pero ahora, él estaba derramando tanto líquido preseminal que ella estaba emocionándose con la idea de hacerlo venir sólo así.
—El aceite hace todo más suave, ¿verdad? —Comentó haciendo un poco más de presión, moviéndose de arriba abajo con mayor énfasis.
—Y caliente. —Agregó él apretando los músculos de su abdomen, y Dios, se veía tan absurdamente sexy que la oji ámbar sintió su vientre hormiguear.
No podía quitar sus ojos de él, se veía demasiado excitado y sensual, su ronca respiración y sus brazos aferrándose al mueble la hicieron sentirse demasiado poderosa, por lo que decida a hacerlo venir, agachó su rostro y dio una larga lamida a la punta de su pene.
—¡Mierda! —Soltó el platino dando un respingo, apretando las manos en la espuma mientras clavaba sus ojos en la albina, y la expresión que ella tenía en ese instante acompañado de los chupeteos que empezó a darle a su miembro, fueron demasiado para él. —Joder, Asuka...
—Dime, mi amor. —Canturreó inocentemente para volver de inmediato a su tarea, esforzándose al máximo para hacerlo sentir bien.
—Para ahora o voy a acabar. —Le confesó empezando a respirar aceleradamente, posando su mano derecha sobre la cabeza de su chica.
—Ese es el plan. —Reveló ella con una sonrisa pícara, viendo orgullosa cómo los ojos de él se abrían al máximo con sus mejillas tiñéndose de escarlata. —Córrete para mi, Katsuki.
Esas palabras fueron casi como órdenes para él, por lo que echando su cabeza hacia atrás otra vez, cerró los ojos con fuerza y se dejó ir, sintiendo como su semen salía disparado con una intensidad equivalente a su excitación.
La joven se impactó al principio al recibir el cálido líquido en su rostro, pero luego de pocos segundos una gran sonrisa se extendió como respuesta, inmensamente satisfecha de haber logrado tal proeza; pero contemplar el estado en el que había quedado Bakugō luego de aquella experiencia, la hizo sentir eufórica, impulsándola a llamar su atención para presumirle su logro.
—Me alegra que lo disfrutaras, mi amor. —Dijo con voz cálida mientras se levantaba para encararlo, poniendo sus manos en los brazos de él para sostenerse. —Pero parece que has hecho un pequeño desastre aquí.
El joven se recuperó de su gozo en pocos segundos más y dirigió los ojos a su novia, pero cuando vió su delicado rostro y pechos salpicados con su leche, volvió a alterarse otra vez.
—Eso jamás será un maldito desastre. —Replicó con voz gutural, tomándola la cintura para jalarla hacia sí, haciéndola sentarse sobre su regazo.
—¿Y qué es entonces? —Quiso saber ella, juguetona.
—Una jodida maravilla. —Afirmó con fiereza, levantándose de sopetón para llevarla con él directo a la cama. El día hasta ahora estaba empezando.
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Otro relato que me pasé en grande escribiendo 7w7 Me da cosita pensar que por un momento casi no participo en este reto, pero me alegro de que todo saliera bien y pudiera hacerlo :D
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