Día 21

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—Joder, Asuka, no puedes hacerme esto... —Soltó Bakugō aún sin creérselo del todo, pero lo cierto era que ya no había nada que hacer. Su novia estaba profundamente dormida.

Ya una que otra vez les había sucedido lo mismo, en donde se pasaban de tragos y en vez de llegar a tener esa noche de pasión que tanto habían esperado, Asuka se fundía en sus brazos y no despertaba hasta el día siguiente. La diferencia con esta ocasión era que él había quedado a las puertas de penetrarla, pero no lo había conseguido a tiempo.

—Maldita sea, Asuka... —Murmuró entre dientes profundamente frustrado, pues tenía la verga tan dura que empezaba a dolerle y no creía que fuera capaz de aguantar hasta el día siguiente. —Despierta, por favor...

—Ummmm... Katsuki...

El platino abrió los ojos de golpe al escucharla y, sosteniéndose con su brazo izquierdo, se levantó lo suficiente como para mirar el rostro de su novia, pero ella aún se encontraba dormida.

—Hey, ojos de oro. —Le susurró al oído con voz suplicante, paseando la mano derecha por su cuerpo.

—Katsu... te quiero... —Balbuceó ella, echándose hacia atrás para pegarse más a él, y fue allí que el cenizo supo que no podía dejar pasar esa oportunidad.

Acomodándose para abrazarla otra vez por la espalda, tomó su fina cintura con firmeza y levantó su pierna derecha para sostenerla, dejándola en una pose que le daba acceso a su intimidad sin ningún problema; y sin poder esperar demasiado, empezó a penetrarla.

—Ufff. Sí, mierda. Te necesitaba demasiado. —Continuó murmurándole al oído mientras entraba y salía con suavidad, pues si al menos ella le respondía en sueños, se sentiría un poco menos culpable con aquella situación.

—Mmmmm, sí... yo también necesito... una liga nueva...

El rubio detuvo sus movimientos desconcentrándose al instante, preguntándose qué sería lo que estaba soñando, pero su necesidad era tan grande que trató por todos los medios de volver a su asunto.

—¿Me regalarás... una nueva, Katsu? —Siguió musitando su chica totalmente ida, y empleó una voz de súplica tan dulce, que ayudó al rubio a ponerse en sintonía. —Me hace falta...

—Joder, las que quieras. Todo lo que quieras es tuyo. —Le aseguró volviendo a embestirla, tomando uno de sus pechos para acelerar las cosas y no volver a perder la concentración.

—Ummmm... te quiero... Katsu...

—Y yo a ti, maldita sea. Eres la mujer más perfecta del todo el puto mundo. —Le dijo con pasión, y para su gran regocijo, luego de pocos instantes más empezó a sentir ese conocido hormigueo en el vientre que lo hizo poner los ojos en blanco.

—Mmmm... el pelo de Eijiro-kun... se ve muy rojo hoy...

—¡MIERDA, NO! —Exhaló alarmado, pero ya no pudo hacer nada para evitarlo.

Se corrió mientras tenía una imagen mental perfectamente clara de Kirishima a su lado.

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JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Lo siento, no pude contenerme 😂 Seguro que seguro Katsuki no vuelve a hacer esto en la vida 🤣🤣🤣

¡Nos leemos mañana!

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