Día 5

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Cuando Bakugō entró en la habitación, encontró a su esposa recostada en la gran cama blanca de su nuevo hogar, con una ardiente lencería que se la puso dura en menos de un segundo.

Había tenido claro que cuando ella no salió esa noche a recibirlo, su intención era sorprenderlo, pero la verdad era que no había esperado que Asuka pudiera verse aún más sexy de lo que ya era.

Esos delicados encajes se adherían a su cuerpo como caricias, haciéndola ver malditamente preciosa, pero la tela translúcida le gritaba que fuera arrancada de inmediato, pues entorpecían la visión real de su piel. Ella nunca había usado algo así antes, pero a partir de ese día, le compraría uno para cada puto día del año.

—Sabes lo que acabas de causar al haberte puesto eso, ¿no es así? —Le advirtió mientras se deshacía de la corbata de su traje, con sus ojos brillando como carbones encendidos.

—Sí. Es lo menos que puedo hacer para darle la bienvenida a casa a mi esposo. —Respondió la albina con su mirada brillante, destilando un amor por él que sentía era más grande de lo que se merecía.

Quitándose la ropa a tirones con la vista clavada en ella, se abalanzó sobre la cama y se posicionó de inmediato sobre su cuerpo, conteniendo a duras penas las ganas que tenía de hacer trizas esa frágil tela para poder devorarla como era debido.

—Joder, eres la mujer más perfecta de todo el puto mundo. —Murmuró con el tono más grave de su voz, mirándola con adoración tan profunda que la chica se sonrojó.

—No lo soy...

—Sí, lo eres. —Reiteró el platino dejando caer su cadera para que ella sintiera su gran erección, y sin esperar réplica alguna la besó con fiereza, dispuesto a inaugurar esa primera noche en su nuevo hogar por todo lo alto.

N/A

Ya saben que tampoco puedo vivir sin azucar, y es que el de Bakugō es el más dulce de todos 💖 

Nos leemos mañana ^_^

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