—No, espera. No te alejes. —Suplicó la felina tomando a Shōta por la muñeca, tratando de controlar el temblor de su cuerpo, pero sin conseguirlo del todo.
—No sé en qué diablos estaba pensando. Esto está mal. —Replicó él con gesto abatido, zafándose del agarre de la chica, pero ella se lanzó y volvió a atraparlo.
—No digas eso. He esperado mucho tiempo por esto. —Murmuró con voz temblorosa, apretándose contra el cuerpo del moreno.
—Soy un imbécil. Jamás debí... —Empezó a decir él tratando de liberarse de ella, pero la albina lo interrumpió clavando su brillante mirada en él.
—¡No puedes arrepentirte justo ahora! —Exclamó empezando temblar otra vez, haciendo que el hombre la mirara con expresión torturada. —Ya soy mayor. Es lo que te preocupaba, ¿no? Soy una adulta, puedo hacerlo. Quiero hacerlo.
—Sigues siendo demasiado jóven. Maldita sea. No sé en qué estaba pensando al permitirme llegar hasta aquí. —Respondió él con dureza, provocando que los ojos de ella se llenaran de lágrimas.
—¡Lo prometiste! ¡Me prometiste que me ayudarías a olvidar! —Chillo afligida con sus ojos desbordándose, consiguiendo que Aizawa se encogiera y la mirara consternado. —Yo... en serio... t-te quiero. Te quiero a ti. —Confesó, y se lanzó a su pecho para ocultar su rostro en él, buscando consuelo en el calor de su piel, causando que la respiración del peli negro se acelerara. —Quiero crear un nuevo recuerdo, para poder olvidar el pasado al fin. Y... si no es contigo... jamás podré hacerlo.
—Asuka... —Exhaló Shōta con su mente totalmente revuelta, debatiéndose entre lo que la moral le exigía y lo que su corazón le dictaba.
—Por favor... Sólo tú has conseguido hacerme desear esto. —Continuó ella apretándose más contra su cuerpo, logrando que los brazos del moreno la rodearan automáticamente, renovando sus esperanzas perdidas. —Sólo tú has despertado esta parte de mi que creía muerta para siempre. Por eso... por favor... ayúdame a olvidar.
El corazón de Aizawa empezó a latir tan fuerte que se avergonzó de sus propios sentimientos, siendo repentinamente consciente del profundo amor que poco a poco había ido construyéndose por aquella delicada jovencita.
Trató de tranquilizarse a sí mismo al recordar que nada de esto podría haberse previsto; las cosas simplemente se fueron desarrollando hasta que inevitablemente ambos quedaron cautivados mutuamente, formando aquella accidentada relación que había terminado finalmente en esto. En una atracción física incontrolable. Porque a pesar de que Shōta había luchado con todas sus fuerzas para refrenar el potente deseo que sentía por la albina, había fracasado al enterarse de que ella sentía por él un amor tan profundo que la había ayudado a superar sus más terribles temores.
—Te prometí que haría lo que fuera por ayudarte. Pero tienes que entender que no sólo quiero hacer esto por ese motivo. —Declaró el hombre con su voz más ronca de lo normal, desencadenando un estremecimiento que recorrió todo el cuerpo de la felina. —Y eso jamás me lo voy a perdonar.
—Tú también me quieres. —Susurró ella en tono muy bajito, sintiendo esa maravillosa calidez y deseo que sólo él lograba producirle.
—Sí, pero no debería. —Le respondió estrechándola más fuerte contra sí, volviendo a cuestionarse su cordura al estar permitiendo aquello.
—No digas eso. Que me quieras es lo único bueno que me ha pasado en la vida. —Refutó ella empezando a suspirar encendida, recuperando ese anhelo que se había atenuado con los malos recuerdos.
Escuchar aquello apretó el pecho de Shōta con ese rencor que siempre lo invadía al recordar lo maldito que había sido el destino con aquella frágil chica, pero recordando que desde que él había entrado en su vida las cosas para ella habían dado un giro de ciento ochenta grados, se permitió dejar de cuestionarse todo para poder seguir al fin sus verdaderos deseos, autoproclamándose con el deber de hacerla feliz y complacerla de todas las formas posibles.
—Ok, Asuka, vamos a intentarlo. Pero tienes que jurar que me detendrás si sientes la más mínima incomodidad o inquietud. ¿Entendido? —Ordenó con su agitada respiración volviendo más profunda su voz, provocando que los pezones de la chica se endurecieran en el acto. —Si llego a darme cuenta que estás mal y no dices nada, me detendré y nunca jamás en la vida permitiré esto.
Con su corazón latiendo a mil por hora y su vientre contrayéndose de excitación, Asuka clavó sus ojos dorados en esos pozos negros que la habían cautivado y asintió con vehemencia, para automáticamente recibir los ansiosos labios de Aizawa que empezaron a devorar su boca con una lentitud apasionante, consiguiendo que su mente se desordenara y sólo hubiera cabida para lo que su cuerpo estaba experimentando.
N/A
*Respira hondo... exhala.
Me trago mis palabras. No saben lo que hacer este dibujo produjo en mi. No esperaba que este ship me fuera a apasionar tanto... pero les cuento que he caído y puede que vean en el futuro más de esta pareja. No un fic completo, para nada, pero sí un desarrollo mucho más amplio de lo que creí al principio.
Para los que no conocen el contexto de esta pareja, podrán saber de ello en mi libro "Saltando entre universos", en la historia llamada: Línea temporal quebrada.
Nos leemos mañana!