Día 17

791 54 12
                                    

Bakugō y Kiyama estaban en una de esas noches en donde su habitación se cerraba con llave y nadie ni nada podría sacarlos jamás.

Se devoraban mutuamente con frenesí, como si no llevaran juntos por tantos años ni hubieran pasado por estas y aquellas, como si fueran dos adolescentes que recién empiezan su vida sexual.

En las noches así, ninguno de los dos se preocupaba por el ruido, ni por el cansancio, o a veces, incluso el dolor; por eso muchas veces terminaban con chupetones, arañazos o marcas de dientes que al día siguiente ni siquiera recordaban en qué momento se habían hecho.

—Katsu, te amo. Te amo muchísimo. —Murmuró la albina en determinado momento, luego de que el oji rubí la girara para penetrarla desde atrás, estimulándola de forma exquisita.

—Yo te amo más, joder. Con todo mi puto corazón. —Jadeó él como en trance, incrementando la fuerza de sus movimientos mientras la estrechaba más entre sus brazos.

La albina se las arregló para retorcerse y buscar sus labios con desespero, siendo recibida de buena gana por el rubio que la besó con desesperación, sabiendo que luego de aquello ya no podría contenerse más.

Gimiendo al unísono, la pareja alcanzó el orgasmo en medio de un éxtasis sobrecogedor que se alargó por varios segundos, y como los condones se les habían terminado en la ronda anterior, la semilla de Bakugō llenó el vientre de Kiyama como pocas veces ocurría, llegando al punto de que varias gotas empezaron a escurrirse luego de que todo terminara.

Recuperando su aliento a bocanadas, Katsuki se dejó caer hacia atrás llevándose a Asuka con él, sintiéndose ambos tan satisfechos, tan plenos, que poco les preocupó nada que no fuera sus cuerpos unidos, allí en su nido de amor, en donde el mundo exterior perdía total significado y sólo estaban ellos dos, amándose como siempre y como nunca.

N/A

Aquí está! Recién salido del horno con mucho dulce y mucha pasión justo como me gusta 7w7

Nos leemos mañana! 

KinktoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora