Día 3

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—Dime si es demasiado duro para ti. —Le susurró Akira al oído, erizando su piel automáticamente.

—Cállate. No hay nada que sea demasiado duro para mi. —Respondió Katsuki irritado, pero sin poder evitar que un escalofrío lo recorriera entero al sentir el pene del albino situarse entre sus piernas.

Akira sonrió, aunque tuvo la sensatez de no producir sonido alguno, pues sabía que se armaría el caos de haberlo hecho, pero en verdad se sentía satisfecho y emocionado por lo que había conseguido de su pareja.

No había sido nada fácil, pues el orgullo de Bakugō era demasiado grande, pero luego de largas semanas de insistencias y negociaciones bastante instensas, había logrado que el platino aceptara cambiar de roles en el sexo, al menos por esa única vez. Iba a aprovecharla como era debido.

Las preparaciones previas estaban hechas, se había encargado de ello concienzudamente, con la esperanza de que la experiencia para Katsuki fuera tan satisfactoria como lo eran para él mismo, por lo que, sin alargar el momento más de lo necesario, empezó a deslizarse poco a poco en su interior, teniendo claro que aquello podía ser molesto para su pareja al principio.

—¡Ugh! Joder. —Se quejó el cenizo tensándose en el acto, apretando todos sus músculos.

—Relájate. Lo haré lentamente. —Le aseguró con voz apacible, antes de empezar a regar besos por el cuello y espalda de su amado. —Te haré sentir bien, Katsu.

El de ojos rojos gruñó con fuerza y trató de hacer lo que le decía, pero no era nada fácil para él. Maldita sea, ¿por qué tenía que amar tanto a ese imbécil? Ni en sus más locas pesadillas hubiera imaginado que terminaría aceptando que alguien se la metiera en el culo, pero helo ahí, cediendo a unas cuántas súplicas sólo por complacerlo.

Tenía por seguro que lo odiaría, que jamás se sentiría bien y que tendría que aguantar hasta que su límite llegara, pero lo que nunca se le pasó por la cabeza fue la forma en que empezó a sentirse luego de la incomodidad inicial.

Había dolido, y mucho, pero luego de pocos instantes el placer había empezado a extenderse en todas direcciones de forma increíble, haciéndolo temblar no sólo de profunda vergüenza, sino también de satisfacción.

No podía sentirse así, no quería, su orgullo lo punzaba con saña reprochándole su debilidad, pero su cuerpo fue mucho más sincero y no tuvo reparo en dejarlo en evidencia, casi al mismo tiempo que Akira gimió en su oído mientras se corría, susurrándole con una voz condenadamente erótica que lo amaba.

—Me llevan todos los demonios. —Jadeó cuando el albino salió de él, con una delicadeza que lo hizo gruñir.

—¿Qué tal te fue? —Le inquirió con voz gruesa y algo preocupada, a lo que el platino se enfadó aún más y se levantó de sopetón, haciéndolo casi caer de la cama.

Tomándolo por la cintura para evitarlo, lo zarandeó para posicionarse encima de él y atraparlo entre sus brazos y piernas, mirándolo con una expresión fiera que dejó perplejo al hombre águila.

—Ni creas que en al puta vida vamos a repetirlo. —Rugió el cenizo con expresión aterradora, y sin dejar que Kiyama respondiera de alguna forma, lo besó con salvajismo apretándose contra su cuerpo, con una pequeña parte de su mente sabiendo que la afirmación que acababa de hacer podía no ser cien por ciento verdad.

N/A

Mis queridos lectores, como pueden ver, este drabble no tiene dibujo y los de los días anteriores se fueron. ¿Por qué? Porque a pesar de la censura, wattpad se ofendió y me envió un mensaje diciéndome que mi dibujo incumplía las normas. Cómo deben suponer, esto me alteró y decidi borrar todos los artes, además de no volver a publicar ninguno (sólo en este libro), pues en verdad no quiero que terminen eliminándome este compilado de historias.

Entonces, para ver los dibujines con y sin censura, pueden hacerlo visitando mis redes sociales. En Instagram, todo está censurado. En Twitter, toda la sabrosura está presente. Recurenden que me pueden encontrar en todos lados como Love8Lemon.

Un abrazo para todos y gracias por leer ^_^

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