En el momento en que Asuka y Katsuki llegaron al apartamento de la heroína del Ácido, causaron una gran impresión. No sólo era porque nadie se había esperado la presencia del platino en aquella fiesta que había organizado la rosada, sino porque su disfraz era tan acertado y creativo, que era difícil de creer a nadie se le hubiera ocurrido antes.
—¡No puedo creerlo! ¿Khal Drogo y Khaleesi? ¡Es perfecto! —Gritó una Ashido súcubo corriendo a recibirlos, profundamente emocionada de que su fiesta estuviera teniendo tal éxito. —¡Jamás imaginé que te animarías a venir y menos haciendo un disfraz en pareja, señor gruñidos!
—Sólo estoy aquí por el estúpido concurso, mapache. Si alguien va a ganar, seremos nosotros. —Espetó él con fingida ferocidad, haciendo que la de cuernos soltara una risotada y se acercara para revolverle el cabello.
Nadie hubiera podido preverlo, pero lo cierto era que la rosada y el explosivo se habían vuelto amigos increíblemente cercanos.
—¿Entonces estás admitiendo que fue tu idea? —Le pinchó mientras le daba un abrazo de bienvenida a Asuka y los invitaba a seguir, notando satisfecha la resplandeciente sonrisa de su amiga.
—Me lo comentó hace unos días y nos pusimos manos a la obra. —Reveló ella con voz radiante, muy feliz por el hecho de que su novio hubiera tenido la iniciativa para hacer aquello juntos. —Por un momento pensé que no lo lograríamos, pero me alegra haberme equivocado.
Mina volvió a reír encantada y aprovechó la oportunidad para molestar a Katsuki por el leve sonrojo que apreció en sus mejillas, más no lo alargó demasiado pues no quería que su tonto amigo se mostrara más osco de lo necesario aquella noche en la que Asuka estaba tan contenta y orgullosa.
—Créanme que el hecho de que hubieran creado sus propios disfraces les dará puntos, además de que como son suyos, luego podrán darles uno que otro uso un poco más interesante. —Apuntó la del ácido guiñándoles un ojo con picardía, consiguiendo que el platino elevara una ceja y se le pasara su pequeña irritación el acto.
Cuando Mina se marchó riendo a carcajadas para continuar compartiendo con sus demás invitados, Bakugō volteó a mirar a Asuka notando el atractivo sonrojo en sus mejillas, y recordando una vez más el por qué había decidido hacer aquellos disfraces, se propuso relajarse y pasar un buen momento al lado de su chica.
—He de admitir que la mapache tiene excelentes ideas. —Comentó con una sonrisa perversa mientras la tomaba por la cintura, empezando a imaginar las posibilidades que se abrían para el final de aquella noche, en la que pasara lo que pasara, él sin duda alguna saldría ganando.
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Uff, me costó un montón escribir este relato pues ando muy muy corta de tiempo, pero espero yo el dibujín en twitter compense mi falta de contenido hot en este día.
¡Nos leemos mañana!