Día 6

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Las estocadas de Katsuki estaban siendo acompañadas de la más erótica canción de gemidos que Asuka había dado nunca. Pero es que no era para menos.

Atarla de diversas maneras se había convertido en una obsesión para el rubio. No lo hacía tan seguido como le hubiera gustado, pero cuando su chica accedía, él dejaba fluir sin reservas esa parte fiera que solía mantener bajo control, siendo meticulosamente cuidadoso en no sobrepasarse.

Habían acordado una palabra de seguridad, pues en ese jugo sexual era totalmente necesario, y el platino no podía estar más eufórico de que ella no la hubiera usado jamás. No tenía muy claro el por qué era tan tímida con ese tipo de juegos si a la larga lo disfrutaba tanto, hoy más que nunca lo estaba demostrando; pero el oji rojo no se permitió pensar en esa cuestión por mucho tiempo, lo estaba pasando demasiado bien como para distraerse.

La albina colgaba boca abajo, con los brazos atados a la espalda y los tobillos fijados a sus muslos, en una pose que hizo babear al platino cuando terminó. Eso también hacía parte del placer, el proceso de restringirla en posiciones muy explícitas que rogaran a gritos una buena follada, y por eso no pudo esperar mucho tiempo antes de empezar a penetrarla.

Le encantaba tenerla bajo su control, poder hacerle lo que quisiera, disfrutar de cada centímetro de su cuerpo sin que ella pudiera intervenir. Su personalidad salvaje se regocijaba con poder exteriorizarse de esa manera, convirtiendo el sexo en algo más allá de lo sublime, y por eso, había instalado una gran argolla en el techo, para poder suspenderla y dejar fliur toda su perversa creatividad siempre que quisiera.

—Dime, ojos de oro, ¿te gusta mi verga dentro de ti? —Bufó lascivamente, obteniendo sólo unos cuantos gemidos más altos como respuesta, por lo que tomando la larga cabellera blanca de la chica, la jaló con leve fuerza para hacerla elevar su rostro. —Responde preciosa.

—S-sí... sí... me gusta, me gus-ta mucho. —Gangueó con voz deformada por la lujuria, dando luego un grito de gozo cuando el cenizo empujó más fuerte contra ella.

—Tienes que obedecerme o no te irá bien, Asuka. —Le advirtió entonces, y sonriendo como un maniático, detuvo sus movimientos en el acto.

—¡No! P-por favor no pares, haré lo que me digas, pero por favor... sigue. —Rogó Kiyama al sentir como Katsuki salía de su interior, dejándola sola y necesitada.

El rubio soltó una risotada y tomó las cuerdas para hacerla girar con tortuosa lentitud, agachándose luego para quedar de cara a ella. Estaba pasándola en grande.

—Si eres una buena chica, te recompenzaré bien, lo sabes. —Prometió a centímetros de su rostro, y cuando obtuvo una respuesta afirmativa en tono sumiso y suplicante, atrapó sus labios besándola con intensidad, aumentando la dureza de su miembro al instante.

—Sí, Katsu, por favor. Por favor... —Gimoteó la oji dorada al volver el rubio a posicionarse en su pequeña entrada, pero aún sin introducirse en ella. Estaba castigándola.

—Dime lo que quieres. —Ordenó con fiereza, empujando hacia adelante pero no con la suficiente fuerza.

—Te quiero dentro de mi. —Le respondió ya jadeando, y al ser tomada por el cabello nuevamente, gimió alto.

—Sólo será la punta. —Declaró Bakugō antes de empezar a entrar en ella, ampliando su sonrisa al verla echarse a temblar de deseo.

—N-no... La quiero... la necesito toda, por favor... —Le suplicó con voz quebrada, sintiendo cómo su cabello era jalado haciéndola arquear su espalda, aumentando su ansia de forma abrumadora. —Katsu... te lo suplico.

—Muy bien, así me gusta, ojos de oro. — Aprobó el platino con su ego y su excitación por las nubes, por lo que agachándose un poco para poder tomar el pequeño e hinchado clítoris, indicó: —¿Estás lista?

—¡Sí!, sí. ¡Dios, sí! —Afirmó ella con ansiedad, tratando de balancearse hacia atrás, y cuando sintió como era penetrada de una sola y firme estocada, un sonoro grito de placer llenó la habitación, reanudando la melodía de gemidos que amplió la perversa sonrisa del rubio y los llevó a ambos a un estado que desvaneció el mundo por completo. 

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