Día 9

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Mierda, mierda, maldita sea, no puedo... ¡ufff! —Pensaba Katsuki mientras follaba la boca de Asuka, en un vaivén que lo acercaba cada vez más rápido al final.

En un arrebato juguetón, ambos habían hecho una apuesta. No habían dado reglas específicas, el platino no se había molestado en pensar lo suficiente, pero la idea era que el que hiciera venir primero al otro, ganaba.

Cuando Asuka le preguntó cuáles eran las restricciones, él sólo dijo que no iba a penetrarla, y al comprobar que no agregaba nada más, la joven sonrió con picardía.

—Vale. Si pierdo, tendré que aceptar cualquier propuesta sexual que me hagas; pero si gano, me acompañaras a esa cita grupal que las chicas han querido hacer desde hace mucho. ¿De acuerdo? —Aseveró acercándose a él, deslizando las manos por su pecho desnudo.

Bakugō no permitió que ni una sola señal de debilidad se reflejara en su lenguaje corporal.

—De acuerdo. —Acordó con rapidez, y tomando con manos fieras la cintura de su novia, la besó con el salvaje instinto que lo caracterizaba.

Pero las cosas no habían salido como el rubio esperaba.

Cuando ella se acostó al revés en la cama, dejando que su cabeza cayera por el borde para luego abrir su boca y sacar su pequeña lengua, supo que estaba perdido.

—Ven mi amor, te estoy esperando. —Le canturreó ella mientras abría sus piernas y se tocaba los pechos, consiguiendo que la apuesta se desvaneciera de la mente del héroe durante unos segundos cruciales.

Tuvo la suficiente cordura como para empezar lento, deslizando su miembro por la garganta de la albina centímetro a centímetro, pendiente de cualquier señal para detenerse, pero al comprobar que ella podía recibirlo casi al completo y sentir su lengua empezar a saborearlo, el deseo tomó el control y ya no pudo refrenarlo más.

Trató de tomar la delantera introduciendo dos de sus dedos en su resbalosa vulva y tomando uno de sus pechos para estimularla como sabía que a ella le encantaba, pero a pesar de que la joven le transmitió con sus gemidos que estaba disfrutando, empezaba a tener claro que la visión de ella en esa impúdica posición, devorando su verga de esa forma tan obscena, iba a hacerlo perder la apuesta en menos de lo que pensaba.

Joder, era lo más delicioso y pervertido que habían hecho en mucho tiempo, pero el odio a perder seguía siendo un factor determinante de su personalidad, provocando que la frustráción lo dominara al estar envuelto en aquella encrucijada.

—Joder, Asuka, no puedo creer que la estés tragango así. —Se quejó al escuchar el obsceno chapoteo de la boca de su novia, tirándolo aún más al abismo.

Evidentemente, ella no pudo decir nada, pero se las arregló para agarrarse de las sábanas, impulsarse con sus garras e introducir los últimos centímetros en su interior, consiguiendo que Bakugō soltara una palabrota ante la visión de su abultada garganta. Y eso fue todo. Perdió la apuesta.

N/A

JAJAJAJAJAJAJA ¿Qué les puedo decir?
Nada salvo que aveces no sé qué tengo en la cabeza xD
¡Nos leemos mañana!

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