❝Sunshine❞ ~Hyunin~

48. Sunshine

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— Jeongin, vamos, ya casi son las nueve y tú sigues durmiendo. — Escuchó a la perfección el más joven.

Claro que no hizo ni un sólo movimiento que indicara que ya estaba despierto. Era sábado, y un día anterior se había quedado en el apartamento de su novio, esto debido a que luego de estar en la cafetería, su cuerpo estaba tan cansado que, para evitar caminar más, prefirió desviarse al hogar de Hyunjin.

Obviamente fue también porque amaba estar con el mayor.

Habían pasado dos días desde la visita del resto de chicos, Kkami había sido más que consentido por todos, incluso Minho, quien, por una diferencia enorme, prefería a los gatos, lo había acariciado y mimado como si fuera alguno de sus preciados felinos.

Hwang ya no trabajaba por las tardes, esto debido a que prefería tener ese tiempo para su mascota, además de que debía estudiar para su ingreso a la universidad. Jeongin lo comprendió a la perfección, diciéndole que era lo mejor para el mayor, cuando este le comentó sobre la situación.

Unas suaves palmadas en su espalda lograron devolverlo a la realidad.

— Yah, Jeongin, levántate, ¿o acaso prefieres quedarte aquí mientras yo voy al parque con Kkami? — Volvió a insistir Hwang, elevando una de sus cejas.

Jeongin emitió un quejido, revolviéndose bajo las sábanas.

— Cinco minutos, sólo dame esos preciados cinco minutos. — Balbuceó con pereza, esforzándose por mantener abiertos sus alargados orbes.

Hyunjin lo observó en silencio, esforzándose por no sonreír.

— Kkami está ansioso, si no lo llevamos ahora, va a ensuciar la alfombra y tú vas a tener que limpiarla. — Comentó el mayor, cruzándose de brazos.

Yang formó una mueca.

— Bien, bien, ya voy a levantarme. — Suspiró, estirándose. 

Pudo ver como el más alto seguía allí, corroborando de que Jeongin no vuelva a dormirse. Jeongin rió ante aquello y, elevándose sobre la punta de sus pies descalzos, envolvió con sus brazos el cuerpo de su hyung. 

Hyunjin optó por colocar sus brazos en los hombros del más joven y, sin esperar a que el menor se lo pida, depositó un tierno beso en la frente de su adorado novio.

— Voy a alistar a Kkami, también debo darle sus vitaminas, no tardes. — Murmuró Hwang, su diestra jugando con los lacios cabellos del más bajo.

Jeongin sintió su corazón acelerarse ante esa simple acción, aun cuando Hyunjin ya no estaba en la habitación, él seguía sintiendo sus mejillas completamente calientes. Al reaccionar por fin, se cambió con rapidez, e ingresó al cuarto de baño, en donde se cepilló los dientes y lavó el rostro, esforzándose por arreglar un poco sus cabellos algo desordenados. 

Apenas llegó a la sala, pudo ver como Hyunjin estaba de rodillas frente al cachorro, quien se removía juguetonamente, siendo regañado por el mayor.

— Ya deberías de estar acostumbrado. — Se quejó Hwang, hasta que por fin pudo poner la dichosa sustancia viscosa en la nariz de Kkami, quien comenzó a lamerla por inercia, a pesar de que el sabor no le agradara tanto.

Debido a la pérdida de apetito que sufrió Kkami antes y después de la operación, junto con las consecuencias que esta traería, los veterinarios les habían dado unas proteínas líquidas junto con vitaminas para nutrir las defensas; esto siendo adecuado ya que Kkami podría ser más vulnerable ante la más mínima infección.