❝Sunshine❞ ~Hyunin~

33. ❝Sunshine❞

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— ¿Entonces sí se puede? — Preguntó Jeongin, sonriendo ampliamente.

Seungmin asintió rápidamente, mientras mordía un poco del bizcocho de chocolate que tenía entre sus manos.

— Sí, incluso yo se los iba a preguntar, porque la señora me lo pidió. — Respondió Kim, entrecerrando sus ojitos de cachorro.

Jeongin aplaudió entusiasmado.

— ¿Felix y Jisung también aceptaron? — Cuestionó, ladeando su rostro.

El mayor volvió a mover su cabeza en afirmación.

— Se los pregunté en la mañana, me dijeron que sí. Y Minho, como buen metiche que es, se apuntó también, y luego Changbin. — Suspiró el de anteojos, encogiéndose de hombros.

El pelinegro entreabrió sus labios, comprendiendo.

— ¿Y Chan? — Comentó de forma divertida, elevando una de sus cejas en dirección a Seungmin.

Pudo ver como uno de sus amigos se sonrojaba, provocando que ría.

— No lo sé, él no estaba cuando se lo pregunté a los demás. Quizás Felix ya le dijo. — Balbuceó Kim, desviando su atención hacia cualquier otro lado del lugar.

El menor estaba dispuesto a seguir molestándolo, pero decidió dejar el tema allí.

— Vamos de una vez, quizás todos ya están en la cafetería. Podrías preguntarle tú mismo. — Canturreó, antes de que ambos chicos se levanten, y reciba un codazo en sus costillas, provocando que se queje en voz baja.

Y así como había dicho, una vez llegaron a la cafetería, se encontraron con el resto de chicos, incluyendo a Hyunjin y a Chan.

— Jinnie. — Saludó melosamente, abrazando a su novio con cariño, quien estaba sentado en la mesa, esperando por él.

Dejó un casto beso en una de las mejillas del rubio, sonriendo al ver el tierno sonrojo que cubrió el rostro de este mismo.

Pronto Hyunjin ya se había levantado de su lugar, y entrelazó una de sus manos con la del más joven, quien mostró sus hoyuelos nuevamente.

— Nos vemos luego. — Se despidió del resto de los chicos con un ademán, dándole una mirada diferente a Seungmin, quien rodó sus orbes.

Mientras se iban alejando de la cafetería, él decidió hablar primero.

— Hyung, Seungmin dijo que sí podíamos trabajar con él; me dijo que la señora que es dueña del local estaba buscando más personas. — Tarareó, emocionado.

Pronto llegaron al pequeño pastizal del patio trasero, en donde se sentaron, y Jeongin aprovechó para recostar una de sus mejillas contra el hombro del mayor.

— También hablé con Jinyoung-hyung, me dijo que podría ir los viernes por la tarde, y sábados por la mañana a practicar. — Dijo Hyunjin, ladeando su rostro.

Jeongin observó esos bonitos orbes marrones y alargados, los cuales podían ayudarlo a descifrar exactamente lo que su novio pensaba, provocando que sonría.

Hwang lo imitó, dejando ver todos sus dientes en una bonita sonrisa, la cual dejó a Yang sin aliento.

Hyunjin no siempre sonreía de aquella manera, pero cada vez que lo hacía, provocaba que el más joven tenga todo un revoltijo de mariposas en el estómago, y que su corazón se acelere demasiado.