La Reina Blanca [Chishiya x fem OC]

4. los ojos con los que la mira

Una relación complicada
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U N  A Ñ O  A N T E S . . .

Chota llevaba una semana encontrándose ligeramente mal. Eran dolores leves; mareos y malestar general. Músculos cansados y sobretodo molestia en la cabeza.

Sus amigos habían insistido en que sería una gripe común, y que debería descansar un par de días, pero él no se contentó con eso. Chota era un chico muy precavido y asustadizo, y había leído tanto sobre enfermedades que se había vuelto un poco obsesivo. Además, que Lime viera Anatomía de Grey prácticamente todos los días no le ayudaba a estar tranquilo. ¿Como iba a estarlo si en esa serie iban al hospital por dolor de cabeza y terminaba siendo un jodido tumor?

Así que decidió ir al médico a hacerse un par de pruebas, solamente por descartar algo peor que una gripe, y esperó a que su doctor le llamase comunicando sus resultados.

Arisu, Karube y Lime sabían que Chota estaba esperando esa llamada, y el chico tuvo la mala suerte de que su visita al centro de salud coincidiera con la Semana de las Bromas, que el grupo de amigos había establecido como tradición desde quinto de primaria.

Era una semana en la que cualquier broma estaba permitida entre ellos. Hasta la más elaborada y turbulenta era admitida. Por supuesto, era la fecha favorita de Karube. Y a él fue al que se le ocurrió la idea.

Desde su teléfono, en número oculto, los tres llamaron a Chota un día más tarde de su visita al hospital.

Cuando cogió la llamada, Lime fue la primera en hablar, cambiando su voz para que no la identificase.

—Buenas tardes, le llamo desde el Hospital Kyorin, en Shinkawa. ¿Es usted Chota Segawa?

—Si, soy yo—respondió desde la otra línea.

—El doctor Takahashi tiene los resultados de sus pruebas. Le paso con él.

Arisu reprodujo música de ascensor durante unos diez segundos, para que todo pareciera lo más realista posible. Después, fue Karube el que habló.

—Buenas tardes, Chota, soy el doctor Takahashi. Ya tengo sus resultados.

—Usted dirá doctor—dijo el chico desde la otra línea—Muero de curiosidad.

Ahí fue cuando Karube vio la oportunidad del siglo. Y, con voz calmada, pronunció:

—No solo de curiosidad.

Arisu tuvo que hundir su cara en una almohada para que no se escucharan sus carcajadas, mientras que Lime se esforzaba por no reír hasta el punto en que le lloraban los ojos. Karube, para asegurarse de que nada salía mal, le tapó la boca con su mano, haciendo un gesto para que guardara silencio con la otra.

—Disculpe... ¿cómo dice?

—Señor Segawa, lamento decirle que le hemos detectado Alzheimer prematuro. Es una enfermedad degenerativa que no suele darse en jóvenes. Lo siento mucho.