La Reina Blanca [Chishiya x fem OC]

25. no te has ido

Comienza el diez de corazones
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A C T U A L I D A D . . .

—Tenemos que encontrar al asesino de Momoka—Ann fue la primera en atreverse a hablar—Y quemarlo en la hoguera.

—¿Una caza de brujas?—la voz de Niragi hizo que a Lime le recorriera un escalofrío—Va a ser muy divertido.

Ann se acercó al cadáver, observando lo que había a su alrededor mientras Asahi miraba el cuerpo de su amiga con una profunda tristeza.

—Eh, oye—una mujer dio un paso al frente—¿Por qué no estabas hoy con ella?

Asahi la miró, confusa.
—¿Qué?

—Si, ¿por qué has llegado tarde?—inquirió otro hombre—Siempre ibais juntas.

Niragi la apuntó con su arma.
—¿Es ella la bruja?

—¡No soy yo!—negó la chica.

—Lo sabremos cuando estés en la hoguera—se burló el de los piercings.

—¡Estaba en mi cuarto!—trató de defenderse—¡Os digo la verdad!

—Siempre estabais juntas, es mucha casualidad—insistió el hombre anterior, entre la multitud.

—Muy bien, decidido—sonrió Niragi—¡Es la bruja! ¡A la hoguera con ella!

Tres paramilitares la sujetaron y la levantaron, dirigiéndose a la salida del edificio.

—Calmaos todos—la voz de Mira les detuvo—Soltadla, por favor.

Lime se sorprendió al ver como Usagi se acercaba a Mira. Arisu iba a ir con ella, pero la rubia le detuvo, sujetando su muñeca. No era buena idea llamar la atención en ese momento. Kayamura ya sabía lo que iba a ocurrir. En menos de cinco minutos habría un caos total en el que los paramilitares matarían y quemarían a todos los que pudieran. Lo más prudente era no estar en el punto de mira cuando todo explotara.

—Habrá más sospechosos, ¿no?—habló Usagi—¿Dónde estabais los demás? ¿Qué estabais haciendo? ¿Podéis probarlo?

—Todos diremos lo que hemos hecho en la última hora—Ann se levantó.

Lime miró a su alrededor. No encontraba a Chishisya. Ni siquiera sabía muy bien por qué le estaba buscando. En un principio creía que a quien buscaba era a Karube, pero se sorprendió a sí misma intentando localizar cierta capucha blanca en lugar de un pelo rubio.

Tiró de Arisu con delicadeza, alejándoles poco a poco del gran grupo de gente, pero sin irse de allí.

—Si la bruja estaba aquí, cualquiera menos los míos es sospechoso—la voz de Aguni se hizo presente—¿Quién es la bruja?—no hubo una respuesta—Si nadie se pronuncia, iréis todos a la hoguera.