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Llevo media hora acariciándole el pelo y viéndole dormir.

Sí. Si alguien me estuviera vigilando por un agujerito en la pared, podría pensar que me estoy comportando como una maníaca. Y no se lo reprocharía, visto desde fuera. Incluso el propio Villa si se despertara y me pillara así, puede que también lo pensara...

Pero es que... le veo dormir y me parece el ser más bonito sobre la faz de la tierra. Y eso me hace pensar en el mundo, en todos sus problemas.

En este momento, hay gente muriendo por enfermedades, víctimas de la injusticia, de un sistema cruel. Hay guerras, hombres asesinándose entre ellos en nombres de ideologías baratas, con armas que se compran caras. Hay hombres pegando y matando a sus compañeras de vida. Hay abusadores de menores. Hay estómagos vacíos. Hay personas esclavizadas para que nosotras podamos comprar toda la ropa que queramos y vestir de marca.

En estos momentos, hay alguien que abandona su hogar en busca de una vida mejor, arriesgándola en una patera o en un tren infernal. Hay personas sumiéndose en la oscuridad de la droga o vendiendo su cuerpo por dinero.

Hay corrupción, mentiras, miedo, depresión, egoísmo, angustia. Continúa existiendo el racismo y la homofobia...

El mundo no se ha detenido. Pero le miro dormir y me olvido.

Y el mundo se convierte en un lugar habitable. Incluso precioso.

Y me pregunto cómo lo hace el resto de la humanidad, cómo lo hace la chica que le perdió desde que le perdió o cómo lo hace él mismo, para olvidarse un rato del mundo, cuando no tienen la gran fortuna de verle a él dormir.

El Misterioso Chico Que Cena ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora