Los últimos días transcurren tan rápido que cuando llega el momento de la despedida, se me hace un nudo en el estómago. Estoy segura que conecta directamente con el corazón. Salen por la mañana, temprano, y Villa va a pasar la última noche con Gaby en el hotel para salir juntos. Le espero en el rellano y observo cómo cierra la puerta del piso, arrastrando una pequeña maleta y una mochila colgada del brazo. Todas sus pertenencias.
- Quiero que se quede con las llaves.- me las tiende- El piano no me lo puedo llevar. Imagínese meterlo en cabina. Podría dar un recital, pero la compañía se lo pierde- bromea- Aprovéchelo y aprenda a tocar.- dice con esa sonrisa triste que no lo abandona.
No digo nada y le abrazo tan fuerte que se tambalea. Hundo mi nariz en su cuello. No puedo decir una palabra. O me echaré a llorar.
- ¿Me escribirá?-pregunta y yo asiento- Mai... no puedo verla así... Eres fuerte. Eres la persona más fuerte que conozco. Te llevo muy dentro de mí. Y no son sólo palabras. Volveré pronto. Lo prometo.
- No hagas promesas que no sabes si podrás cumplir, Villa- musito- De todas formas, incluso pronto me resulta demasiado tiempo.- me froto los ojos para no dejar salir las lágrimas- Te deseo lo mejor. Que te encuentres. Sobre todo eso. Y descubras aquello que te hace plenamente feliz. Me ves así, pero estoy contenta. Sé que haces lo correcto. Y que sepas que esperaré tus cartas como hasta ahora esperaba las noches de los viernes.
- ¿Con tedio?
- ¡No seas tonto!- le empujo cariñosamente- Con ilusión. Con una ilusión que me desbordaba. Nunca me atreví a decírtelo, pero fue un regalo que te acercaras aquella tarde. De alguna manera voy a tener que llenar este vacío que tu ausencia me deja.
Él me mira con seriedad.
- Espero no arrepetirme de hacerlo. ¿Cómo puede ser que te quiera tanto conociéndonos desde hace tan poco?
Parece preguntárselo a sí mismo más que a mí. Volvemos a abrazarnos tan intensamente que me invade una sensación extraña: triste y bonita a la vez. Estoy perdiendo al amor de mi vida, pero sé que reterlo (si pudiera) sería egoísta. Sólo me queda confiar en el destino. Si existe.
Le acompaño al portal para despedirme del resto de los Morat. La despedida entonces es mucho más superficial y alegre.
- Tengo que volver en un par de meses con mi hermana para producir su disco. No se olvide de nosotros- me informa Isaza.
- Me encantará verte de nuevo y conocer a tu sister- respondo con fingida alegría. Mi cabeza no puede pensar más allá de Villa.
Los veo subir al coche de Isaza. Villa apoya su mano en el cristal como último gesto de adiós. Su mirada se me clava en el pecho y me hace añicos.
Adiós, vecino. Cuídate mucho.
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El Misterioso Chico Que Cena Conmigo
FanfictionQue Juan Pablo Villamil es mi crush sí, pero que esta historia sea sobre el chico del banjo de Morat es otra cosa... ❤