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- ¿Cómo?- pregunta él.

Me arrepiento de mis palabras. ¿Una bala perdida? ¿De dónde me he sacado semejante metáfora? No quiero que me malinterprete.

- Que no te preocupes. Que no te pasará. Lo de no dejar huella, digo.- aclaro.

- No... ¿qué has dicho antes?

Frunzo el ceño. No entiendo qué le sucede, pero se ha puesto a la defensiva.

- ¿He dicho algo que te haya molestado?- pregunto totalmente perdida.

- ¿Me conoces?

Esa pregunta me desorienta de nuevo. ¿Está bromeando?

- No lo pillo.

Él debe leer desconcierto en mi rostro. Decide parar.

- Nada, nada. Olvídelo. Estoy cansado. Buenas noches, Mai.

Cierra su puerta. Yo sigo unos segundos observando, como si esperase que saliera y soltara una carcajada, con un muñequito de "Inocente". Pero no sale y yo recuerdo que quedan dos meses para el 28 de diciembre.

Me encierro en mi hogar,  sin comprender absolutamente nada de lo que acaba de ocurrir.

El Misterioso Chico Que Cena ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora