Aunque parezca mentira, la vida sigue con sus amaneceres malva y ocasos escarlata. Un ir y venir de personas transitan bajo mi ventana con un parloteo incesante, como si nada hubiera cambiado.
Me digo a mí misma que no puedo vivir apegada al recuerdo y que mi existencia tiene pleno sentido por sí misma, más allá de quién forme parte de ella. El reto es encontrárselo. Leer y escribir me gusta. Y durante las siguientes semanas me concentro en mi trabajo, algo que mi bolsillo agradece, pero no mis hábitos de sueño y alimentación. Apenas como ni duermo, por no mencionar el cese de toda actividad social. Hasta que una mañana, llaman al timbre.
- Tienes un aspecto deplorable- es el saludo de César cuando le abro la puerta. Anoche me acosté tarde terminando un cuento y hace unos minutos que me he levantado.
- Si no tienes nada más que decir, hasta luego- suelto, dándole la espalda pero dejando que pase. Me hará bien algo de compañía.
- Por lo menos, parece que limpias- dice en tono jocoso mirando alrededor.
- Y me ducho, para más señas- le sigo con tono despectivo.
- Estaba preocupado. Hace días que no contestas mis llamadas. ¿Todo bien?
- Todo bien.- rebusco en el bolso mi móvil para comprobar una decena de llamadas perdidas- Las musas han venido a visitarme.- me justifico- Son amantes celosas y roban toda mi atención.
Compruebo que entre las llamadas hay varias de Villa, Isa y de mi hermana menor. Hace una eternidad que no hablo con ella. ¿Qué querrá? Y Villa...
- ¿Puedo invitarte a comer? Apuesto a que tienes la nevera vacía.
- Acepto- digo apoyándome sobre el frigo para impedir que husmee.
Paso la tarde con César y me informa que han creado una nueva revista de difusión cultural. Una de las socias es la hija de su jefe. Puede enviar mi currículum. Le digo que me lo pensaré. No estoy acostumbrada a tener que cumplir con un horario laboral ni con las indicaciones de otra persona a la que llamar jefa.
Cuando vuelvo a casa, venzo la pereza y telefoneo a mi hermana menor.
- Hola Laura. ¿Me has llamado?
- Hola Mai- me contesta con cierta timidez- ¿Qué tal estás?
- Bien, ¿y tú?
- Yo estoy bien. Estudiando mucho. Este curso termino el insti.
- ¡Enhorabuena! ¿Y qué tienes pensado hacer después?
- Si me da la nota... quisiera seguir tus pasos...
- ¿Periodismo?
Siento que se me hincha el pecho de orgullo. Me fui de casa cuando vine a estudiar a la universidad y apenas tuve relación con Laura, pero era mi favorita de todos los miembros de la familia.
- Sí. En tu universidad.
- ¿Vas a venir aquí?
- Si me da la nota. Pero no te daré trabajo, prometido. Me buscaré un piso compartido.
- Oh, vamos. Yo te acogería encantada, pero ya conocerás mi estudio. No cabes. De todas formas, mamá y papá no tendrán problemas en pagarte la universidad ni un piso.
- Sí, claro. Y vas a ser tú la única en casa en ser independiente. Yo pienso tener una plaza becada como tú y buscarme la vida, como hiciste tú. Estoy ahorrando. Trabajo unas horas en una cafetería.
- Escúchame, Laura. No tienes que ser igual que yo. Necesitas estudiar mucho. Las horas en esa cafetería te están quitando tiempo.- quiero aconsejarla.
- Entonces, ¿cómo lo hiciste tú? ¿Te buscaste un sugar daddy?
- Eso son modas de ahora. Y ni se te ocurra venderte así.
- Ya lo sé, tonta. Soy una mujer empoderada. Tengo mi dignidad. Pero ¿me vas a decir cómo lo hiciste?
- Empecé como cuentacuentos. Me llamaban para amenizar cumpleaños y fiestas para la infancia. Me quitaba tiempo, pero disfrutaba. Era mi tiempo de ocio y descanso. Después, empecé a trabajar para un diario digital. Tuve suerte.
- Papá dice que ahora debes vivir del aire.
- Papá siempre ha mostrado una gran confianza en mí.- soy sarcástica.
- Están preocupados. Hace mucho que no saben nada de ti.
- Estábamos hablando de ti, no de mí.
- Ya... pero es que... te echamos de menos. Pero no queremos molestarte. Eres un alma libre.
Sus palabras me atraviesan. ¿En serio doy esa imagen de frialdad? Es cierto que agradecí el salir de casa pronto. Pero porque me sentía muy sola, a pesar de estar rodeada de gente. Las cosas no cambiaron después, pero por lo menos, mi soledad era elegida.
- Entonces... ¿cuándo vendrás?- cambio de tema.
- Para verano. Me gustaría que me enseñaras la ciudad antes de comenzar el curso. Si a ti te va bien.
- Por supuesto, pitufa. Avísame y te prepararé una tour.
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El Misterioso Chico Que Cena Conmigo
FanficQue Juan Pablo Villamil es mi crush sí, pero que esta historia sea sobre el chico del banjo de Morat es otra cosa... ❤