- ¿Qué hubo, Mai?- Simón es el primero en saludar.
- ¡Hola chicos! - intento aparentar normalidad.
Me cruzo con la mirada de Villa. Profunda y preciosa, pero parece desconcertado. Gaby le agarra del brazo y se pega a él.
- Vamos a jugar a los bolos.- informa Martín- Si se quieren venir...
- No. Ya nos estábamos despidiendo.- aclaro.
- Si tú quieres, yo estoy libre- abre su bocaza César.
- Entonces es perfecto. Cuantos más seamos, mejor.- nos anima Gaby.
Yo no puedo dejar de mirar a mi vecino que no ha abierto la boca. Me encantaría ir. Lo paso bien y haría cualquier cosa por aprovechar el tiempo con Villamil. No obstante, el sentido común me detiene. No quiero dar falsas esperanzas a César y además me sentiría incómoda, también por Gabriela. Y Villa no dice nada, por lo que comprendo que no quiere que vaya.
- Tengo que trabajar- miento- Mañana entrego un par de artículos que debo terminar. Pasadlo bien.
Antes de despedirme, creo ver en la mirada de Villa cierta tristeza. O igual es sólo lo que deseo ver. Desearía que él me quisiera en su compañía. Aunque seguramente sea un espejismo. Cuando alguien está con la persona a la que ama, el resto le sobra y él está con su novia.
Me echo una siesta de media hora y me preparo para salir en busca de nuevas historias que contar. Cojo el móvil y veo varias llamadas perdidas de Isaza. También un whatsapp donde me invita a unirme cuando me quede libre. Decido no aceptar la invitación, aunque no le contesto. Para cuando me doy cuenta, mis pasos me han conducido hasta el centro comercial donde ellos están. Dudo si entrar o dar media vuelta. "Sé firme en tus decisiones" me digo y doy media vuelta. Estoy volviéndome loca.
- ¡Mai! ¡Mai!!- me grita Isaza, que sale por la puerta del enorme centro comercial. Se trata de un espacio donde hay toda clase de opciones de ocio.
- Isa...
- Me alegra que hayas venido.
- En realidad, ya me iba.
- Por fa, no te vayas...- pide. Le miro sin entender el ruego- Lo digo... Quie-quie-quiero decir que... bueno, la pasamos rico, ¿no?- se le ve muy tierno de tartamudo nervioso.
- Sí, sí. Siempre he estado muy a gusto con vosotros, pero no quiero ser una intrusa...
- Lo dices por Gabriela ¿no? Ella es muy buena niña, no le importará.
- Creo que sí. Hace unos días les oí discutir por mi culpa.
- Vaya... yo que pensaba que nos habías dicho que no por tu amigo rubio...
- Reconozco que en parte sí. No me apetecía venir con él. Es mi ex, ¿sabes?- sonrío.
- ¿Por qué no nos vamos de aquí? Te invito a algo y me cuentas, si quieres. Los problemas de corazón, mejor fuera que dentro.
- No estoy tan mal como para echar a perder tu quedada con tus amigos.
- Si te digo la verdad, me está resultando aburrida- susurra y sonríe con complicidad- ¿Vamos? - me ofrece su brazo.
Isaza me da confianza. Es una de esas personas que con verlas, sabes que son nobles. Y además, me gusta que se preocupe por mí.
Acepto su brazo y caminamos hasta una terraza. Se está calentita porque es cubierta y tiene calefacción.
- Bueno y cuénteme, ¿qué quería ese tipo de ti? Parecía muy interesado.
- No lo sé. Estoy un poco sorprendida con que haya vuelto a aparecer. Si lo llega a hacer hace tres o cuatro semanas... puede que quisiera volver con él, pero ahora...- centro la vista en mi taza humeante- He cambiado. Conocer a Villa me ha cambiado ¿sabes? Me ha dado una seguridad en mí misma que no tenía y... me ha ayudado a sanar heridas. Le quiero mucho.
- El cariño es mutuo. Él también ha cambiado desde que te conoce. Desde el accidente se mostraba más huraño y malhumorado. Ahora, poco a poco, está retomando su vida de antes. Hasta se está planteando regresar a Colombia con la banda.
- ¿En serio? No me ha dicho nada- intento que no se me note la decepción.
- Es que no lo tiene claro. Sólo lo comentó.
- ¿Y qué hay de ti, Isaza?¿También quieres regresar?- desvío la conversación. Hablaré con Villa cuando pueda- ¿Echas de menos a alguien por allá?
- Siempre se extraña a la familia. Mis padres, mi hermanita... pero acá estoy bien. He creado una productora con otros socios y hago lo que me gusta. Aunque me gustaría volver a los escenarios... Nos hemos dado un año sabático por Villa, pero si él decide no seguir, buscaremos a otra persona. Mi hermana también canta... quizás ella...
- O sea que sois una familia de artistas. Qué suerte.
- Mi papá también es músico, así que supongo que algo habremos heredado.- dice en tono bromista.
- Colombia está siendo un boom de músicos en los últimos años.- comento.
- ¿Has estado alguna vez?
- ¿En Colombia?- suelto una carcajada fingida- Ojalá. Pero tengo problemas para pagar el alquiler, imagínate para viajar.
- Podrías venir con nosotros cuando vayamos. Y te hacemos una tour.
- ¡Estás loco! ¿No has oído lo que te acabo de decir?- río.
- Yo la invito. Y por el lugar no te preocupes. En mi casa hay sitio de sobra.
Me quedo muda. No me lo puedo decir en serio. Apenas me conoce. Si me lo hubiera dicho Villa... pero ¿él? Le estudio la expresión buscando un atisbo de broma. Él me sonríe.
- ¡Qué bromista!- exclamo por fin.
- No es broma. Y no me mires tan seria. Para mí sería un placer. Está en tus manos.
- Pero Isaza... No voy a ser esa carga. Además, ¿cómo puedes decirme eso? Apenas nos conocemos...
- En primer lugar, no te lo hubiese propuesto si fueses una carga. Y en segundo, es como si te conociera. Villamil se la pasa hablando de ti.
- Ah... ¿sí? ¿Y qué dice?
- Muchas cosas. Que estás loca, pero le caes bien, entre otras cosas.
- No me lo vas a contar ¿verdad?
- ¿He conseguido despertar tu curiosidad??- ríe socarrón- Que eres una chica fuerte, valiente y que contigo puede ser transparente, porque no le juzgas. Eso creo que yo también lo siento.
- Vaya... gracias- agacho la cabeza mientras me suben los colores.
- Entonces, ¿te pensarás lo del viaje?
- Prometido.
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El Misterioso Chico Que Cena Conmigo
FanfictionQue Juan Pablo Villamil es mi crush sí, pero que esta historia sea sobre el chico del banjo de Morat es otra cosa... ❤