Capitulo 13

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Muy bien, Kitty. Entonces nos vemos el mes que viene— cortó la llamada, se recostó en su silla y miró a su amigo— Vuelven el otro mes recién.

—¿Y qué hacemos con la maldita demanda?

—No lo sé, Finn. No lo sé. Lo único que me dijo es que van a hacer el presupuesto mucho más a fondo— respondió pasándose la mano por el pelo— ¿Noah?

—Está en su casa con un hermoso resfriado.

—Gracias a dios ya me mudé— bromeó— ¿Está bien?

—Sip. Un poco de ibuprofeno y uala, va a estar como nuevo. ¿Cuando me vas a invitar a tu casa? te mudaste hace una semana y todavía no la conozco.

—Primero, me mudé hace dos días. Segundo, literalmente me ayudaste con la mudanza— rió.

—Si, pero extraño tu comida, y hace mucho no nos juntamos a comer.

Había pasado una semana desde que fue Santana quien pidió el divorcio. Ella y Brittany luego de la conversación por teléfono, no volvieron a cruzar ni dos palabras seguidas, y solo lo hacían cuando se tenían que ver por sus hijas, aunque hoy Santana recibió bastantes llamadas de la rubia, pero por estar trabajando no las escuchó.

Aunque no estaba muy segura de si la iba a atender tampoco.

Al otro día de la charla, fue con su amigo Noah a ver una casa la cual le encantó. Era algo simple, con cuatro habitaciones, un salón, y un pequeño parque.

Ah si, y cómo Santana amaba cocinar, la cocina era lo más lujoso de la casa.

Cuando cerró el trato de su nuevo hogar, fue inmediatamente a buscar a sus hijas para ir a comprar las cosas para decorar sus habitaciones, y ese día fue el día que menos habló con Brittany, ya que ella se comprara una casa hacia el divorcio más real.

—Cuando el bebé que tenemos de amigo se recupere les cocino algo, lo prometo— sonrió a medias y comenzó a jugar con un lápiz que había en su escritorio.

—¿Estás bien?— preguntó frunciendo el ceño al ver el gesto de su amiga.

—Si... no... ¿No sé?— suspiró— Este último tiempo fue muy... estresante. Mi gran amor me pidió el divorcio, me fui de mi casa, le hice una demanda a mi suegro, luego vi a mi esposa con otro y le terminé pidiendo yo el divorcio, para luego comprarme una casa. Sumémosle que hace días vengo sintiendo un mal presentimiento.

—Tuviste una época difícil, pero todo se soluciona con el tiempo, Tana.

—Lo sé— asintió.

—Tengo que ir a encargarme de algunos casos de Noah ¿Vas a estar bien?

—No— rio y señaló su escritorio lleno de papeles— Pero si voy a estar bien ocupada. Después nos vemos.

Su amigo se retiró de la oficina riendo por el comentario de Santana, y ella comenzó a trabajar hasta un poco después del almuerzo.

La latina había pensado salir a almorzar con su amigo, pero se acordó que hoy tendría más trabajo que ella. Luego pensó en invitar a Dani, pero recordó que anoche le contó que hoy trabajaba todo el día, así que solamente se tomó un café mientras seguía, si, trabajando.

No me dejes- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora