Habían pasado dos días desde que el médico le dió el alta a Britt, y cuando la llamó por teléfono para darle un seguimiento, le recomendó que camine un poco por su casa.
Así que ahora estaba tirada en el sillón del salón, "viendo" la televisión y llorando en silencio para no preocupar a Santana.
La latina por su lado, estaba en su despacho... si, trabajando. Necesitaba despejarse, y no pensar en nada de lo que sucedió, porque si se pondría a pensar en cada cosa, nunca podría parar de llorar.
Estaba firmando unos documentos cuando su celular sonó, y mostró el nombre de Finn, él cuál le preguntó solamente algunas cosas de casos en los que el la estaba cubriendo. Cuando colgó la llamada con él, su teléfono volvió a sonar, mostrando el nombre de Dani.
—Hey, hola— atendió Santana dejándose caer en su silla, apartando también las carpetas que tenía en la mesa.
—Hola. ¿Cómo estás?
—Trato de no pensar en todo, pero no estoy bien— admitió suspirando, y frotándose la sien— ¿Vos?
—Bien, pero no te llamé para hablar de mi. ¿Cómo está ella? ¿Necesitan algo?
—Está tratando de no pensar en todo tampoco, en eso somos iguales, la única diferencia entre ella y yo es que a Britt le afectan más las cosas y no puede ocultarlo. Yo si.
—San, no tenes por qué hacerlo. Está bien llorar, está bien que cosas te afecten. Perdón que sea tan brusca, pero perdiste a tu hijo, y casi a tu esposa. Está bien llorar.
—Lo sé, y ya lloré. Pero tengo dos hijas por las cuales ser fuerte. Tengo una esposa que es quien más lo sufre porque ella era la embarazada, no puedo dejarla caer.
—Nunca dije eso. Sólo que no te guardes lo que sentís. Tenes que ir a terapia, al igual que ella, para poder superar el trauma.
—La perdida de un hijo nunca se supera, pero si, tenes razón. Britt tiene turno con la psicóloga en unos días, yo por mi parte, no la necesito.
—Santana.
—Voy a estar bien— escuchó como el timbre de la casa sonaba— Dame un minuto— se alejó el teléfono de la oreja y gritó— ¡Atende, cariño!
—¿Cariño, eh? ¿Volvieron?
—¡¿Que se supone qué haces acá?!— escuchó Santana y frunció el ceño, pero siguió hablando con Dani.
—No, y no creo que lo hagamos. Pero nos llevamos bien... ella siempre fue mi mejor amiga.
—¡Ándate! ¡Esta es mi casa y sos persona no grata!— se escuchó, seguido de otros gritos.
—Dani, escucha, tengo que irme. Después te llamo— colgó sin escuchar la respuesta y salió rápidamente al ver quien estaba en la puerta.
Britt estaba hablando con la puerta entrecerrada, cómo para que la otra persona no vea el interior, ni tampoco pueda entrar.
—¿Que está pasando, Britt? ¿Que son esos gritos?— llegó hasta ella, y la rubia sólo la miró y abrió completamente la puerta, para que viera quien estaba del otro lado.
—¡No entiende que no lo quiero ver!— gritó.
—¡Me vas a tener que ver por que trabajamos juntos!
—¡¿Sabes dónde mierda te podes meter el trabajo?!
—Britt-Britt, no te alteres que tenes los puntos todavía, cariño— la calmó acariciandole el brazo y se quedaron mirando.
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No me dejes- brittana
FanfikceUn matrimonio que se desgastó a pesar que se aman con locura. ¿Lograrán luchar para recuperarlo?