EPILOGO

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Cuatro años después...

Cuatro años pasaron desde la reconciliación de las Brittana. Cuarenta y ocho meses llenos de felicidad para ellas y sus amigos.

En lo laboral, la firma se convirtió en la mejor del país, y cada abogado o abogada en el, quería trabajar en ella.
Y lo mejor tiene que tener a los mejores... así que si, contrataron a Elaine. Al principio Santana estaba preocupada por la reacción de la rubia, pero a Britt sinceramente le dió igual y lo entendió.

Por el lado de la rubia, su empresa de arquitectura dió frutos y ahora es una de las mejores del país.
Su padre al principio quiso convencerla de que vuelva con el, pero ella se negó, y rápidamente su compañía superó la de el.

En lo personal, estos cuatro años también fueron maravillosos.

Comenzando por Finn y Alicia, que algunos meses después de ese año nuevo, contaron que estaban esperando un bebé. ¡Y terminaron siendo mellizos! Ahora la familia Hudson tiene dos nuevos integrantes de tres años llamados Daniel y Cory.

Alguien que también formó su familia fue Puck... y la formó con Kitty.

Al principio a Dani le pareció un poco chocante enterarse de que ellos dos salían, pero con el tiempo los apoyó en su relación, y dos años después tuvieron a una hermosa bebé llamada Rebecca.

Dani poco tiempo después se mudó a Seattle por trabajo, donde conoció a una mujer llamada Lauren, quien también es cirujana, y salen desde entonces.
Si bien Dani vive en otro estado, siempre que tiene tiempo viaja a ver a sus amigos.

Por el lado de las Faberry, hace dos años tuvieron una hija a quien llamaron Beth... ¡y hace unos meses contaron que están esperando otro hijo!

La relación de Santana con ellas dos era tan buena que ella era la madrina de Beth. Cuando la latina se enteró que ellas, pero principalmente Quinn, habían sido las que impulsaron a viajar a Boston a Britt, el pasado quedó olvidado.

Y por el lado de la familia López-Pierce también todo machaba sobre ruedas.
Susan ya tenía casi trece años, y estaba a punto de empezar su primer año de instituto lo que la tenía muy nerviosa, y le causaba ternura a sus madres.
Marley tenia nueve años y quiso seguir los pasos de su hermana mayor en cuanto al hockey, así que ahora las deportistas de la familia son dos.

Y... luego de la reconciliación de las Brittana, algunos meses después decidieron intentar tener otro hijo, y que Santana sea la que se someta al tratamiento, así, nueve meses después, nació Santiago, y hoy justamente era su cumpleaños número tres.

Pero ahí no termina su familia... hoy, en el cumpleaños de su hijo, le darían la noticia a todos sus amigos y seres queridos de que...

¡Britt estaba embarazada!

La rubia estaba de un poco más de tres meses de embarazo, y lo más importante de todo es que ambos estaban sanos.

Ahora las Brittana estaban reunidas en el parque de su casa, junto a sus amigos, mientras todos sus hijos disfrutaban del hermoso día que les había tocado.

—Santana parece una nena chiquita más— rió Rachel mirando dónde todos jugaban junto a la latina, Quinn y Puck a la pelota.

—No parece, lo es— rió Britt alzando la voz a propósito.

—¡Te escuché!— gritó Santana a lo lejos y rápidamente se acercó a abrazar por la espalda a su esposa, rodeando con sus brazos su cintura y con sus manos acariciando su vientre.

—No, San, no, estás toda transpirada— se quejó Britt riendo, pero un segundo después se relajó en sus brazos mientras la latina le daba pequeños besos en el hombro.

No me dejes- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora