Santana siguió trabajando toda la mañana para tratar de despejarse, pero cada vez que miraba la foto con la rubia del día de su casamiento que tenía en su escritorio se derrumbaba.
El solo pensar que perdió al amor de su vida... la destrozaba por completo.Ya era un poco más del medio día y Santana todavía no había prendido su celular, lo tenía apagado desde que se fue de su casa ayer por la noche.
Sabía que era probable que la rubia la haya llamado porque ella no regresó, pero no estaba preparada para hacerle frente, estaba muy dolida. Pero como si el destino le jugara en contra, la puerta de su oficina se abrió.
—¿Noah Puckerman que te dije que entrar sin golpear?— se quejó mientras tenía la cabeza apoyada en el escritorio.
—No soy él— Santana al escuchar la voz de Britt levantó rápidamente la cabeza, no sin antes sacarse las lágrimas— ¿Por qué no volviste a casa?
—¿Me estás hablando en serio?— dijo en voz baja— Me pediste el divorcio, no podía volver.
—Me preocupe, llame a Noah y Finn y no me querían decir nada— rodeó el escritorio y se apoyó en el para quedar frente a la latina.
—Estaba con ellos en un bar, Britt. Después dormí en lo de Noah— respondió y se levantó de su silla para caminar hacia el ventanal de su oficina, ya que la cercanía de la rubia le hacía mal.
—Lo siento, Santana— se le quebró la voz— No quiero que pienses que no te amo, o algo por el estilo.
—Se que lo haces— admitió sin darse la vuelta— ¿Las chicas saben?
—Lo hablé con ellas primero— dijo y Santana se dio vuelta sorprendida.
—¿Si no fuera por ellas me hubieras pedido el divorcio antes, no?— la rubia no dijo nada— Oh.
—Ya te había dicho, San. Mil veces tuvimos la conversación de que priorizas tu trabajo, y jamás me hiciste caso. Lo siento no puedo seguir así.
—Dame la oportunidad de remediarlo, Britt— pidió— Prometo dejar de hacerlo, me puedo tomar unas vacaciones ahora y...
—No, San. Ya es tarde— dijo aguantando las ganas de llorar— En todas las veces que lo hablamos jamás me dijiste eso, lo estás diciendo porque te pedí el divorcio.
—Porque no me daba cuenta lo idiota que soy, Britt. Pero te amo, más que a nada en este mundo, podemos arreglarlo, intentemos arreglarlo.
—No es el momento para hablarlo, ni el lugar— dijo la rubia masajeando su sien.
—¿Te sentis bien?— preguntó preocupada.
—Si, es solo un mareo— suspiró— Quiero que hablemos pero no ahora.
—Vayamos a cenar, hoy. Marley y Susan se pueden quedar con mis padres, están en la ciudad por trabajo.
—San...
—Britt, si el divorcio es lo que realmente queres, aunque me duela en el alma lo firmo, pero por favor, una ultima cena, una ultima noche. Por favor.
—Santana, nos va a destruir a ambas eso, yo no creo que sea adecuado— tragó con dificultad y la latina asintió— Tengo que irme a trabajar ¿Venís para casa?
—Creo que lo mejor es que me mude desde hoy— respondió dolida, la rubia asintió y se encaminó a la puerta— Britt— llamó Santana y su esposa se dió vuelta— ¿Te puedo pedir un último beso?
La rubia al escuchar eso cerró sus ojos conteniendo las ganas de llorar, pero de nada sirvió. La latina se acercó y le acarició la mejilla.
—Por favor Britt-Britt, por favor— susurró.
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No me dejes- brittana
FanficUn matrimonio que se desgastó a pesar que se aman con locura. ¿Lograrán luchar para recuperarlo?