Capitulo 30

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Hoy es la fiesta de fin de año que ofrecía la firma. El evento se estaba celebrando en un salón bastante lujoso, el cual estaba lleno de personas que alguna vez trabajaron con ellos.

El principio de la noche comenzó bien.

Dani y Kitty se cruzaron, pero afortunadamente no se dirigieron la palabra, además de que la cirujana tuvo que irse por una urgencia, y eso hizo que el ambiente se relaje.

Santana estaba con Finn y Noah hablando con sus clientes, y otros abogados, mientras se tomaban una copa de champagne, cuando su esposa llegó.

La latina automáticamente desvió su mirada a la rubia quien estaba entrando con sus amigas al evento.

Y estaba hermosa.

Santana se quedó admirándola de arriba a abajo, con la boca abierta y los ojos brillantes. ¿Cómo no hacerlo? si la rubia vestía con un delicado traje blanco... sin nada debajo del blazer, tacos rojos, y se había hecho ondas en su pelo.

—Está preciosa— murmuró Santana sin despegar sus ojos de los de la rubia, quien automáticamente sintió la mirada de su esposa en ella.

Cuando los hombres que acompañaban a Santana escucharon el comentario, también se dieron la vuelta y se quedaron mirando a la rubia.

—Que hermosa mujer— soltó uno de ellos y luego volteó a ver a los amigos, quienes los dos hombres lo miraron mal y la latina simplemente lo ignoró mientras seguía mirando a Britt— ¿Saben si está casada?

—Hijo— intervino su padre— Vinimos a este evento porque estamos agradecidos con los abogados. No para que conozcas a una mujer.

—No importa papá, creo que me acabo de enamorar de esa rubia— miró a su padre y luego a los abogados— ¿Y, lo está?

—Si— contestó Santana antes que intervengan sus amigos, por fin mirando al hombre— Conmigo.

—Lo siento entonces. Sos muy afortunada, López.

—Si, si lo soy— respondió volviendo a mirar a Britt, quien caminaba hacia ellos junto a sus amigas.

—Hey— saludó la rubia. En ese momento el hombre y su padre se retiraron avergonzados.

—Hola, Britt-Britt— sonrió y luego miró a sus acompañantes— Berry, Fabray.

—Hola, Santana— respondieron al unísono.

—Rach, Quinn ¿vamos por una copa?— propuso Finn mirándolas a ellas y luego a Puck, llevándoselos literalmente sin esperar respuesta.

—¿Sabe?— preguntó Britt, señalando para dónde se fueron sus amigos.

—Finn si, Puck no— le restó importancia mientras le extendía la mano a la rubia— Por dios, Britt. Estás preciosa.

—Vos también, San— respondió sonriendo tomándole la mano— ¿Quienes eran los que estaban hablando con ustedes?— preguntó soltando la mano de su esposa cuando pasó una camarera a dejarle un vaso de champagne.

—Un viejo cliente, y el idiota de su hijo.

—¿Idiota?— preguntó divertida dándole un sorbo a su copa.

—Te comió con la mirada y preguntó si estabas casada o no— murmuró revoleando los ojos.

—Mmm, interesante— bromeó.

—¡Dijo que creía que se había enamorado de vos!

—Suelo generar eso en la gente, si— respondió riendo, y luego sonrió mirándola fijamente— Que linda sos cuando te pones celosa.

No me dejes- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora