Capitulo 25

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Día cuatro en Lima, Ohio.
24 de diciembre, día de noche buena.

—Vamos, Jake, no es muy complicado poner el mantel— lo reto Santana desde el otro extremo de la mesa.

—Es que...— rió— Quiero que quede derecho.

—Sos un...— rió también mientras lo acomodaban— No quedó tan mal...

—¿Tanto les cuesta acomodar un mantel?— apareció Britt, quien estaba poniendo los manteles individuales.

—Fue tu jakecito— dijo burlona.

—Santana, madura— apareció Emily riendo.

—Nunca— rodeó la mesa y fue donde estaba Britt para abrazarla por la espalda— Hola, hermosa ¿dónde estuviste toda la tarde?

—Emily quiso ir de compras— revoleo los ojos acariciando los brazos que la rodeaban.

—¡Es que no sabía que venían los tíos con las primas!— se quejó, aunque mirando divertida a las mujeres abrazadas— Tuve que ir a comprarles regalos.

—¿Cómo que vienen los tíos con Tasha, Lexa y Lincoln?— preguntó alarmada Santana, soltando de golpe a Britt— ¡No les compré nada!

—Tranqui, San. Ya me encargué yo— rió Britt dándose la vuelta para abrazarla— ¿Nuestras hijas?

—En el cine, creo que mamá les puso enredados— contestó pasando sus brazos por la cintura de su esposa.

—¿Y no me avisaron?— hizo un puchero.

—Culpa de tu suegra— rió Jake.

En ese momento el celular de Santana sonó, y cuando lo sacó de su pantalón, se iluminó el nombre de Holly en el, haciendo que la rubia al ver ese nombre suelte a la latina, y su mirada cambie a una molesta.

—Britt...

—Voy a ver a las chicas— soltó.

—¿Todo bien?— preguntó Jake cuando la rubia desapareció escaleras arriba.

—¿Quien te llamó, Tana?— preguntó Emily.

—Nadie importante— negó cortando la llamada, todavía mirando en la dirección que se fue Britt.

—Soltalo— dijo Jake.

—¿El qué?

—¿Que está pasando entre ustedes?— cuando preguntó eso, los ojos de ambas hermanas López se abrieron de par en par.

—Hermanito, no sé de qué hablas.

—Tana, las conozco, además las veo. No están tan demostrativas como antes. El único beso que se dieron fue en el bar y fue... un pico. Ambas tienen una mirada triste. Britt se enoja por una llamada. Y así puedo seguir.

—Jake...

—¿Que pasa?— volvió a preguntar, apoyando sus manos en el respaldo de una silla— Papá y mamá no están, solo somos nosotros tres.

—Nos estamos por divorciar— contestó bajando la mirada— Creo.

—¿Por qué?— preguntó confundido— ¿Desde cuando?

—Meses atrás. Se podría decir que descuide mi matrimonio.

—Se podría decir no, lo hiciste— respondió Emily, y en ese momento el celular de Santana volvió a sonar, mostrando nuevamente el número de Holly.

—Tengo que atender— suspiró— Em, contale todo... todo. Y jake, no les digas a nuestros padres, todavía no es definitivo.

Diciendo eso, se retiró al parque de la casa para atender el teléfono.

No me dejes- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora