Capitulo 12

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—¿Le pediste el divorcio?— preguntó atónita— ¿Vos? ¿Cuando?

—Si, Dani— suspiró— Lo hice— tomó un sorbo de cerveza— Hoy.

Las amigas estaban cenando en la casa de la médica. La doctora hoy la había llamado por la tarde en un descanso que tuvo, y como le escuchó mal la voz la invitó a cenar.

Así que ahora estaban en el departamento de ella, comiendo una pizza y tomando cerveza, sentadas en el sillón mientras Santana le contaba la escena qué pasó con Britt hoy.

—Para para para, esa Holly... ¿Quien es?— preguntó agarrando una porción de pizza.

—Trabaja para mi amiga Mercedes— tomó un sorbo de cerveza.

—¿Pero pasó algo con ella?

—Te lo conté al otro día que volví de Los Ángeles— contestó confundida.

—Ya se, pero digo hoy— señaló al piso haciendo referencia al día— ¿Paso algo?

—No, ósea... no. Vinieron a la oficina por trabajo, y cuando las demás personas salieron de la sala me acorraló contra la puerta para empezar a besarme el cuello.

—Y...— gesticuló con sus manos mientras daba un sorbo a la cerveza.

—Y nada, la saqué al instante, pero me dejó...

—Marcado el cuello, si— Santana asintió.

—Y después apareció Britt, y bueno, ya sabes la historia.

—Mira ¿Puedo ser completamente sincera y que no te enojes?— preguntó limpiándose los labios con una servilleta, haciendo que Santana la mire divertida— López...

—Si si, hacelo.

—Soy team Britt en esto— Santana iba a replicar, pero ella siguió hablando— Sh, déjame seguir. Vos fuiste la que planteó el trato. Y si, lamentablemente viste cómo el la besaba, pero por rencor fuiste e hiciste lo mismo con la empleada de tu amiga, y casi te acostas con ella.

—Sabes que no fue tan así, ambas estábamos tomadas en una fiesta de la mismísima Taylor. Fue solo un beso subido de tono...

—No me interrumpas— la cortó— Hoy tu mujer va a tu trabajo, y te ve con la rubia y tu cuello marcado. Hiciste exactamente lo mismo, e incluso peor.

—¿Peor? la vi con el, Dani. Ella no me vio con Holly.

—Eso no lo sabes, esa oficina es de vidrio, vos lo dijiste— dio un sorbo a su cerveza— Además, vio tu cuello. Y si, puede ser que no te vio besándola, pero, una marca de labial en el cuello es mucho más que un beso, porque quiere decir que pudo haber pasado a mayores. Ambas estuvieron mal y ambas le erraron muchísimo, y quizás no entienda como teniendo semejante esposa se fijó en ese idiota, pero... esta vez estoy de su lado— dijo Dani encogiéndose de hombros.

Santana suspiró y se dejó caer en el respaldo del sillón.
Se quedaron en silencio unos minutos, y luego la latina volvió a hablar.

—Se lo pedí sin pensar— reconoció— En la discusión me enojé, y quería lastimarla. Por eso se lo pedí.

—Lo sé.

—La amo.

—Lo sé— dijo sonriendo por el comentario de su amiga.

—Y nos estamos haciendo mal.

—Si. Estando así si.

—Pensándolo en frío, pienso lo mismo. Necesitamos divorciarnos, no podemos seguir llevándonos así, tenemos dos hijas por el amor de dios— suspiró.

No me dejes- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora