Capitulo 31

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Hoy es la mañana del 31 de diciembre.

Santana está ya en Boston con sus amigos desde hace dos días y desde hace tres que no habla con Britt.

Para la latina parecía una exageración que la rubia se enoje tanto por algo del pasado, pero más le preocupaba lo que Britt podría llegar a decidir con respecto a su matrimonio luego de enterarse lo de Elaine.

—Vamos, Tana, cambia la cara— dijo Puck mientras desayunaban.

—No puedo, Noah, no...

—Ella está dolida, pero eso no cambia sus sentimientos por vos— agregó su otro amigo.

—Si, Finn, lo sé, pero justo pasa esto cuando...

—¿Cuando?— interrumpió Noah con la ceja alzada.

—Estuve con Britt, en Lima.

—Lo sé ¿pero que tiene que ver?— preguntó confundido.

—No, Noah. Estuve. Con. Britt.

—Oh, claro— sonrió al entender— ¿Cuando?

—La noche anterior a nuestro aniversario, la madrugada de nuestro aniversario, la mañana de nuestro aniversario... y la tarde en su casa también.

—Fue un aniversario muy... interesante— rió Noah, haciendo que sus amigos también suelten una risa.

—Lo fue, pero... no sé, no quiero que por no contarle una cosa mínima en el pasado pueda llegar a pensar cualquier cosa— dijo mirando su café.

—¿No hablaste, no?— preguntó Dani.

—No, intenté llamarla ayer y antes de ayer, pero no me atendió. Hoy no voy a intentarlo, quiero que pase el día de año nuevo tranquila— se encogió de hombros.

—Vayamos a pasear— propuso Noah— Te va a ayudar a distraerte, luego volvemos al hotel, nos cambiamos, y vamos para la casa de los Hudson. ¿que opinas?

—No lo sé...

—Alicia quiere que vayamos temprano, así que lo que se dice pasear... se dice salir una hora.

—Pero todavía es de mañana, Finn— rió Dani.

.......................

Por su parte, Britt estaba en Nueva York junto a sus amigas desayunando en la casa de ellas.

Su humor no era el mejor debido a que hace tres días no hablaba con Santana, y la extrañaba un montón.

Pero seguía dolida.

Es decir, si, pasó hace muchos años, pero igualmente su relación comenzó en torno a una mentira.

—¿Britt, estás bien?— preguntó Rachel.

—Si— fingió una sonrisa— Lo estoy.

—¿Seg...— su celular sonó— Lo siento, es mi madre, tengo que atender.

—¿Britt, estás bien?— preguntó Quinn suavemente tomándole la mano cuando su pareja se fue.

—Quinn, te amo, pero no necesito una psicóloga ahora— respondió la rubia.

—Soy tu amiga, Britt. Estoy acá para vos como amiga, no psicóloga, lo juro. ¿Es por Santana? ¿Queres hablar?

—¿Por qué sacas la conclusión que es por ella?— preguntó.

—Las vi en el evento, vi cómo no sacaban la mirada de la otra, y además... tenían un brillo distinto en los ojos al mirarse— Britt soltó la mano de su amiga para taparse la cara en signo de frustración— También vi cómo te pusiste cuando te enteraste de Elaine.

—Si, si es por ella— suspiró, pasándose las manos por el pelo— Estábamos bien, Quinn. Lo estábamos, pero enterarme así de que estaba en pareja al momento de volver a verme...

—Britt, vos también salías con alguien.

—Si, pero ella lo supo. Además no era nada serio con esa chica. Ella estaba de novia, Quinn, y encima no me lo dijo, y me lo entero diez años después.

—¿Y cómo te sentis respecto a es...? perdón, soy tu amiga, no tu psicóloga— se disculpó alzando ambas manos.

—Se que probablemente estoy exagerando, Quinn. Pero igualmente duele. Y duele más enterarme en el momento que estamos tratando de recuperar el matrimonio.

—¿Lo están?— preguntó sorprendida— ¿Qué pasó en Lima, Britt?

—Me volví a sentir completamente feliz en Lima. Estar con su familia, con nuestras hijas...— sonrió con los ojos brillantes— Me hizo bien, Quinn, nos hizo bien. Era como si no nos hubiéramos separado nunca y fuésemos de nuevo ese matrimonio que alguna vez fuimos. Pero si tu pregunta es si estuvimos juntas, si, lo hicimos.

—Me alegro mucho que les haya hecho bien, necesitaban relajarse— contestó— Y en cuanto a lo otro, era obvio que en algún momento iba a pasar— sonrió.

—Esa noche cuando salimos a cenar por nuestro aniversario... me dijo que quiere terminar con la situación en la que estamos, y que quiere empezar el año sabiendo que va a pasar con nuestro matrimonio.

—¿Que le respondiste?

—Nada, me dijo que se lo respondiera luego de año nuevo.

—¿Y vos que queres responderle?

—La amo, Quinn. Santana es el amor de mi vida, pero... tengo miedo que lo vuelva a hacer en unos meses.

—Sabes que lo estaba haciendo para tomarse vacaciones, Britt.

—Si, pero igual, no... no sé— respondió al borde de las lágrimas.

—¿Y Sam?

—¿Que hay con el?

—Lo mismo pregunto.

—No hay nada con él, nunca pasó nada con el tampoco. Salíamos como amigos porque me servía para despejarme, el quiso besarme algunas veces pero siempre lo saqué, eso ya lo sabes— explicó— Pero cuando llegamos acá el día que volvimos de Ohio, el estaba esperándome en la puerta de casa porque en todos los días que estuve allá no le atendí el teléfono— contó.

—¿Por qué?

—Estaba con mi familia, no tenía ganas de hablarle— dijo simplemente.

—Hay algo más...— entrecerró los ojos.

—Puede ser que... bueno... a penas llegamos a Lima, le mandé un mensaje diciendo que lo que nunca había empezado ya había acabado— se encogió de hombros— No quiero nada con él, nunca lo quise.

—¿Y qué queres?

—Amo a Santana más que a nada en este mundo... lo único que quiero es volver a estar bien con mi esposa— admitió y Quinn sonrió.

—¿Te dijo que después de año nuevo le des una respuesta, cierto?— dijo mirando su celular.

—Si— suspiró.

—¿Y qué opinas si se la das en año nuevo?— la miró alzando una ceja.

—Quinn, no voy a pedirle a mi mujer que volvamos a estar juntas por teléfono.

—Yo tampoco me refería a eso. Hay un vuelo desde Nueva York a Boston a las nueve de la noche ¿que opinas?

—Quinn...

—¿Que mejor que darle la sorpresa de aparecerte ahí?

—No puedo dejar plantado a mi papá y a la madre de Rach...

—Britt, si es por nosotras— apareció Rachel— No te preocupes, preferimos pasar el año nuevo con los chicos que con mi madre y Roberto.

—Y sabemos que vos también— agregó Quinn.

—¿Vendrían conmigo?

—Claramente— rió Rachel— Mientras hablabas con mi amor, sacó los pasajes y me mandó un mensaje para que llame a Noah y le cuente el plan.

—¿Están seguras que es buena idea? Y si ella no...

—Ella te ama— respondió Quinn tomándole las manos a su amiga— ¿Vamos?

—Vamos.

No me dejes- brittanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora