CAPÍTULO VEINTINUEVE

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CAPÍTULO VEINTINUEVE

______ SMITH

Caminaba con Aidan por los pasillos luego de nuestra clase de francés. Él me estaba pidiendo ayuda para el examen. Definitivamente era pésimo en francés, aunque había mejorado un montón.

—Vale, pero necesito que tú —clavé mi dedo en su pecho poniéndome frente a él —, me ayudes con Literatura. Soy malísima.

—Me parece bien —lo pensó un momento.—¿Vienes a mi casa? O mejor vamos a la tuya. No estará tu madre, la mía sí.

Me sonrojé al ver su rostro, tenía las intenciones claras. Vale, después de lo sucedido era tres rayitas de confianza con él, pero yo aún así me avergonzaba.

—Gallagher, no estas siendo inocente —me burlé

—Lo sé, cielo, llevo cinco días sin... Ya sabes, esto es raro —asiento

—Es como un adicción —murmuré, negando con la cabeza. Era verdad, es como si, consumieras droga, quieres más, te limitas, pero aún así lo consumes. Era algo que ambos queríamos manejar. Nosotros estábamos en etapa de limitarnos. Y estábamos manejándolo.

Mi madre, cuando cumplí diez años y se me vino por primera vez mi periodo, me habló de la vida sexual y esas cosas, y cuando cumplí diecisiete, me detalló lo sexual en términos ya no cuidadosos. Siempre me recordaba que, una vez que empezabas tu vida sexual, tenías que aprender a llevar todo en un orden. Raro en ese entonces, pero ahora cierto. Tenías que tener tu propio freno cuando ya te pasabas y eso es algo... En el que trabajo. Diablos.

—Sí —hace un mohín, —Bueno, necesito ir por mi zumo de manzana

—Repito, me besas después de beberlo, te mato —ruedo los ojos

—¡Oye...! —se quejó

Nos adentramos en la cafetería y nos acercamos a la barra donde atienden. Estábamos hablando de cosas variadas esperando nuestro pedido.

Como siempre, pedí de maracuya y él de manzana. Lo perdonaría si fuera de limón, dice que también le gusta, pero el de acá es demasiado agrio.

Cuando lo dejaron frente a nosotros, Aidan sonrió. Estaba por sacar mi dinero pero él se adelantó y pagó por ambos

—Hoy invito —me da mi bebida.

—Desde que te conozco, nunca me has invitado, ojos lindos —pongo el sorbete entre mis labios con una sonrisa burlona.

—Es tu día de suerte, mi madre me dio el doble de dinero que me da siempre —se encoge de hombros —Soy un chico humilde, mi madre me da dinero.

Creí que él tenía su dinero, no sé de dónde pero, tenía su dinero. Pero no era así. Qué curioso.

—Bien —bebí.

Ambos vimos a Parker y Mace en una mesa. Nos empezamos a dirigir hacia ellos. Aidan me molestaba empujándome con su cadera y casi haciendo que derrame mi bebida

—¡Aidan! —regañé

Él se rio a carcajadas y entrecerré los ojos, fastidiada.

—Deberías madurar —murmuré

—Si, claro, lo dice la que se molestó y me botó de mi propio cuarto, solo porque le dije a una chica en una foto de Instagram que es linda

—¡No es justo! —me quejo —Esa chica es muy linda, muy sexy y demasiado, pero demasiado...

Y no pude terminar cuando sentí una patada en la parte trasera de mi rodilla izquierda que me hizo perder el equilibrio y caer torpemente al suelo, golpeándome el mentón con una silla que se cruzó en mi camino, o mejor dicho, mi caída. Solté un gemido doloroso por el impacto fuerte y caí abruptamente contra el suelo, mis palmas chocaron con el suelo en un intento de impedir un golpe en mi cara. Me ardieron ambas palmas de las manos cuando impacté pero, aún así, no pude evitar un golpe en mi nariz, que apenas había sanado.

Tu Mirada [Aidan Gallagher] [Libro 1 y 2] (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora