CAPÍTULO TREINTA

490 40 4
                                    

CAPÍTULO TREINTA

_____ SMITH

No puede ser.

Está llorando.

Y no sé por qué.

O quizás sí.

Me apresuré a él. Solo yo. Emma entendió que era nuestro espacio por lo que se fue lejos, pero seguía por las gradas

Él elevó la mirada y me recordó a la primera vez que él me vio llorando. Por alguna razón, quería llorar porque él estaba así.

Lo abracé fuerte, él me lo permitió escondiendo su rostro en mi cuello. Se veía tan frágil. Me asusté mucho.

En los dos días que no vine, no hablé ni con Aidan y hoy cuando lo vi en la mañana estaba feliz y ahora... Estaba llorando.

—Ni si quiera lloro por Hannah... —murmura—es por Parker... Él... Ha sido mi mejor amigo desde siempre... Que me haga eso es simplemente tan... Increíble. Me traicionó, cielo, lo hizo y me dolió.

—Es-Esta bien —me temblaba la barbilla, era muy débil si de Aidan se trataba. Era demasiado débil con él.

—¿Emma? —murmuró

—Está por ahí en las gradas... Está esperando el momento adecuado para llorar, pero no lo quiere hacer ahora porque estas así.

Él me abrazó más fuerte.

Quizás perdimos la siguiente clase pero no nos importó. Yo quería irme de acá. Era jueves, ya quería irme, y agradecía que mañana viernes, sea feriado. A la próxima clase, si tuvimos que ir, Aidan estaba muy callado y demasiado triste aunque hiciera notar que no. Emma estaba más seria de lo normal, no aguantaba nada, empezaba a renegar de todo y por nada.

La salida llegó y los tres, en silencio, íbamos a mi casa. En un momento del camino, Aidan se puso entre Emma y yo y la miró con tristeza. Ella lo ignoró

Él suspiró y pasó un brazo sobre los hombros de Emma, atrayéndola a él. Reposo su cabeza en la de ella y suspiró nuevamente.

—¿Estas bien? —le preguntó.

Ella no dijo nada unos minutos.

—Supongo que no —susurro

—Pasará. A mí también me dolió —él le besó la cabeza. Me pareció muy tierno que haga eso con mi hermana. Ambos siguieron abrazados. No me molestó, lo agradecí. Emma lo rodeó con un brazo por su cintura y se pegó a él.

Yo sonreí por aquel gesto de Aidan. Cuando llegamos, Emma le sonrió.

Dejamos nuestras cosas en la sala. Emma le besó la mejilla y se abrazaron unos segundos

—Gracias por todo —dijo, y se fue a su habitación.

A eso de las cinco de la tarde había vuelto a despertar. Me quedé dormida con Aidan en mi cama encima de mi desastre de tendida. Estaba mirando a Aidan, que tenía los ojos medios húmedos porque se había quedado dormido llorando. Me partía verlo así. 

Él se removió un poco hasta que abrió los ojos y se encontró con mi mirada. Me sonrió antes de volver a esconder el rostro en la almohada y suspirar cansadamente 

—¿Qué hora es?— murmuró con la voz ronca

—Cinco y treinta y cinco— dije viendo mi celular.

—Mhm— murmuró.

Lo abracé desde atrás y besé su espalda. 

—¿Estás mejor?

Tu Mirada [Aidan Gallagher] [Libro 1 y 2] (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora