CAPÍTULO CUATRO - LIBRO DOS

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CAPÍTULO CUATRO — LIBRO DOS

_____ SMITH

Mi hermana me lleva por el hospital hasta el gran quiosco que hay, pasaron seis días después de mi pánico por el embarazo en el que alarme a mi madre y mi hermano. 

¿Lo malo de esto?

Empezaron los antojos.

Por eso Emma me trajo con supervisión y permiso médico acá y puedo pedir cualquier cosa que quiera, ya que también todo lo que veo en este quiosco, es sano, pero aperitivo. Aún no puedo caminar, y comer sola estoy practicándolo. Sostengo el cubierto unos segundos temblando pero luego lo suelto y fallo. No hay muchos avances. 

Mi hermana me lleva en silla de ruedas frente al mostrador viendo que cosa quiero.

—¿Que se te apetece?— dice dudando

—No sé...— relamo mis labios como si de chocolate se tratara todo lo que tengo en frente— Eso— señalo un dulce, son como palitos de jengibre. Lo pide y le entregan dos. Tomo ambos con ansias. 

Emma me lleva hacia una de las mesas, «comedor» Se sienta frente mío mientras abro el dulce con el ceño fruncido. Llevo un palito a mi boca y lo muerdo. 

—Mhm...— saboreo— Delicioso— sonrío satisfecha y me termino el palito

—Espérame acá, no te mueva....

—No puedo— digo aún mirando el dulce

—Sí, mantente acá, tengo que traer mi laptop, tengo que dar mis exámenes.

—Si, si, vete— digo sacando otro palito y comerlo con más ansias. Cuando se va, murmuro— Dios... ¿dónde rayos estabas que antes no podía probarte?

—Técnicamente en una fábrica— la voz de alguien hizo que alzara la vista. Habló en francés.Cuando lo vi, fruncí el ceño. Era alto, su cabello negro desordenado y los ojos color grises. Algo se revolvió en mi estómago sin sabe por qué

—¿Hola?— dije con confusión 

—Hola— sonríe— Veo que por fin encontré a alguien con quién hablar en mi idioma— Lo detallé cuando arrastró una silla hacia atrás y se sentó. Tenía una pierna enyesada y llevaba muletas. La muñeca izquierda vendada. Por un momento pensé en mi lesión en el brazo izquierdo que hora no era nada relevante. — Es aburrido no hablar con nadie que te entienda. Soy Francis— me extiende una mano y la tomo con duda— ¿Tú eres?

—____ —me removí en mi silla de ruedas enderezándome y apegándome a esta con ambos sobres de mis dulces como si se tratara de un niño que te lo quiere quitar 

—Lindo nombre, y único— sonrío— ¿De qué parte de Francia eres?

—Pues... No vivo allá— me relajé un poco— Soy de LA pero mi madre habla francés por lo que me acostumbré— dije simple

—Oh, que lindo, bueno, al menos ya tengo con quién hablar.— asintió y se dio cuenta que estaba en silla de ruedas— ¿Cuantos años tienes?

—Dieciocho— mordí mi dulce

—Oh, qué joven. Yo casi veinte— su sonrisa desbordaba inocencia y acercamiento genuino. Por lo que me relajé un poco más

No pude evitar ser preguntona, y cualquier cosa, culparía al embarazo que me hace así.

—¿Qué te pasó?

Él apretó los labios aún con una sonrisa y bajó la mirada.

—Te lo digo pero, ¿prometes que será algo entre los dos y seremos amigos?— asentí curiosa— Pues... Mi padre me hizo esto...— alcé ambas cejas confusa

Tu Mirada [Aidan Gallagher] [Libro 1 y 2] (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora