CAPÍTULO OCHO - LIBRO DOS

321 37 15
                                    

CAPÍTULO OCHO — LIBRO DOS

INGRID DERRICKS 

Camino por los pasillos inquieta. Mi corazón amenaza con salirse de mi pecho por la emoción. No puedo correr. Lamentablemente. 

Amarro mi cabello en una coleta alta sin detener mi paso. Apenas llego a la puerta, me ponen alcohol en las manos y las froto. Abro la puerta y ahí lo veo. 

Mis ojos se llenan de lágrimas y ahogo un sollozo al verlo sentado, algo desorientado mirando sus manos. No se da cuenta de mí, veo como por ratos frunce el ceño. 

La puerta vuelve a abrirse y entra Mace

—Puta madre, dime que no estoy soñando— murmura viéndolo

Aidan alza la mirada a él y lo mira sin ni una expresión. 

—¡Joder, hermano!— se acerca antes que yo— ¡Despertaste!— su voz tiembla y yo solo me trato de secar las lágrimas que cayeron. 

Aidan sigue sin decir una palabra. Deja que Mace lo abrace ya llorando

—Mierda, fueron los peores cinco meses de mi vida— murmura— No supe de ti dos meses y cuando me enteré de tu estado no pude dejar de venir acá después de clases. Cabrón me asustas mucho. Ha de verme marica llorando por ti, pero juro que fueron los peores meses pensando en ti en una camilla

Aidan llega a elevar la comisura derecha de sus labios, sonriendo levemente. Pasa su mirada de Mace a mí que no paro de llorar a pesar de ya no querer hacerlo. 

—Ingrid— murmura y yo asiento acercándome

—Aidan...— digo en un sollozo— Pensé...— jadeo— pensé muchas cosas... Aidan...— rompí en llanto acercándome. Aidan me abrazó pegando mi cabeza en su pecho.

Él me abraza con fuerza. Lo he extrañado un montón. Cuando finalmente puedo calmarme, me alejo. Lo miro con una sonrisa de lado, la cual intenta devolverme pero no lo logra. Sigue algo perdido por lo que le pide a Mace que ha pasado y cuanto tiempo lleva acá

—Cinco meses— suspira.— joder, y fueron los peores, no sabes todo lo que he llorado. ¿Qué recuerdas tú? Espero no hayas perdido la memoria.

—No, yo no...— no termina porque una enfermera pasa junto a una doctora. Ambos empiezan a cerciorarse de que Aidan esté sano en todo sentido.

—Gallagher, Gallagher— la Doctora mira su libreta— Estás mejor. Haz sanado tu fractura de la nariz, de tu costilla y... lamento decirte que, por algunas obvia razones, tendrás que hacer terapia. Necesitas eso ya qué, el funcionamiento de tus piernas no es la misma. El accidente dejó ciertas cosas graves que están mejorando con tiempo. En todos los cinco meses de inconsciencia, haz tenido dos problemas al respirar, ambas fueron el mismo día del accidente y otra que lograste salvarte, hace dos meses. Gracias al cielo que no te volvieron a dar. 

—¿Entonces solo necesito terapia?

—Ujum— musita

Ella se acerca a los pies de Aidan y pincha su lapicero en la pierna y muslo.

—¿Sientes algo?

—Si— arruga la nariz

—Eso es bueno. Creo que en rehabilitación volverás a lo normal. Quizá unos tres meses o cuatro y ya podrás caminar como siempre. 

—Bueno.

—Permiso, vengo dentro de unas horas. Vamos Cayetana— le dice a la enfermera que ya sustituyó el suero por uno nuevo e inyectar cosas. 

Tu Mirada [Aidan Gallagher] [Libro 1 y 2] (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora