CAPÍTULO SEIS - LIBRO DOS

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CAPÍTULO SEIS — LIBRO DOS

______ SMITH

«Te quiero mucho»

«Te amo»

«Cielo»

«Jamás te dejaré»

«—Te amo mucho— digo mirándolo con una sonrisa.

Él no respondió. Se sorprendió por esto. Lo entiendo, yo no lo decía así nomás...

—Te...

Y todo pasó tan rápido...

—¡¡MIERDA, NO POR FAVOR!!— grito»

Mi cabeza la sentía hinchada. Me dolía el cuerpo y sentía muchas cosas conectadas a mí. Me pesaba abrir los ojos, pero escuchaba las voces a mi alrededor. Emma

—Christopher yo... yo no sé que haré si él... si él está muerto— la voz de Emma era tristeza pura

—Ya no sé cómo más ayudarte, Emma— dice sincero— Ya te di todos los número que pude conseguir...

—Si ella lo recuerda... si lo hace... Y él esta muerto, ella no resistirá. No lo hará— escucho sus llantos.— Ella lo ama y esos bebés...

El accidente.

Lo pasé junto al padre de estos bebés.

Me hice la desentendida cuando pude abrir mis ojos con esfuerzo. Emma me vio y se limpió las lágrimas del rostro. Me sonríe y se acerca como si no hubiera llorado a pesar de que sus ojos están ligeramente hinchados.

—¿Cómo te sientes?— se acerca 

—Horrible— murmuro. Lo primero que hago es tocar mi vientre y suspiro cuando los bebés están allí. Ni que se fueran a escapar, idiota. —¿Cómo están estos renacuajos?— murmuro.

—Bebés, ____, bebés— Christopher rueda los ojos. Lo ignoro

—Están estables, pero ahora ambos están en reposo absoluto. Ya no puedes hacer esfuerzos en nada— me sonrió para tranquilizarme 

—Por un momento creí haberlos perdido. Estos engendros me hacen preocupar

—Mira, que amor de madre— ironiza el rubio— Ni porque sus hijos estuvieron por morir los llama por su género y se inmuta en ponerle nombres

—Oh, cállate, rubio falso— dije sacándole el dedo medio. 

—¡Soy rubio natural!— se queja

—Nadie de nuestra familia, o bueno, que yo recuerde, es rubio

—¡Claro que sí!  La familia de mamá lo es. Su hermana— dice

—Ni la conocemos

—Yo sí, así que, deja de decirme rubio falso

Suspiro ignorándolo—¿Cuántos días llevo inconsciente?

—No son días... fueron semanas— hizo una mueca mi hermana

—¿Cuántas?— cerré los ojos en busca de paz que no hay

—Tres— murmuró

—¿¡T-Tres?!— me sobresalté— ¿¡Y por qué carajos parece como si fueran solo unas horas?!

—No sé, es tu cuerpo, tu cosas— dice un poco fastidiada

—Pero...—

La puerta sonó y di un salto a pesar de que fue suave. Miré a esa dirección y una sonrisa inconsciente se formo en mis labios. La persona que estaba ahí me sonrió igualmente.

Tu Mirada [Aidan Gallagher] [Libro 1 y 2] (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora