CAPÍTULO TRECE — LIBRO DOS
______ SMITH
—No puedo— digo seca— Estoy cansada y me duele el cuerpo.
—____, necesitan alimentarse, una vez por día, no hace daño. Mas bien te van a doler a ti los pechos.— dice mi madre
—No quiero— la miro sin expresión.
—¡Demonios ya cánsate! ¡Yo también tengo un límite, Neferet! ¡Ha pasado un maldito mes desde que nacieron esos bebés y ni siquiera te has acercado a ellos! ¡Basta!
—¡No quiero, mamá! ¡Simplemente no quiero darles! ¡No quiero acercarme! —espeto molesta. Camino hacia mi habitación, subo las escaleras y en el paso, escucho los llantos de los bebés en su habitación.
—____— mi madre dice furiosa— Por una vez en tu vida, hazme caso. Entra a esa habitación, y hazte cargo de tus hijos, prometimos ayudarte, pero tu no colaboras— dice demandante
Miro esa puerta entreabierta. Y antes de seguir mi camino, Emma sale refunfuñando
—Iré a prepararles leche, Christopher esta tratando de calmar a Luciana, ¿puedes cambiarle el pañal a Lucían?— le dice a mi madre. Ella ni siquiera es la mamá y se ve cansada y estresada.
Yo debo de estar peor, no los cuidaré pero no puedo pegar el ojo sin pensar en ese nombre. Sigo escuchando desgarrador de Lucían. Parece que Luciana ya se calló pero él no.
Emma me mira a mi molesta.
—Haz algo bien y anda carga a tu hijo. No podemos con todo _____, necesitan alimentarse de ti, no pueden tomar fórmula toda la vida. Eres tú la madre.— y con eso pasa de lado.
Miro a mi madre y luego vuelvo con mi camino a mi habitación, como siempre. Me deshago de la ropa para meterme a bañar. Esto es de todos los días. Siempre que estoy en esta situación me meto a la ducha.
Abro la regadera y dejo que el agua helada caiga sobre mí. Guardo la respiración y después de unos minutos lo suelto.
Cierro los ojos y me abrazo. Inevitablemente, las lágrimas se confunden con la lluvia de agua. No sé por qué demonios lloro. Siempre es así. Mis pechos están extremadamente hinchados y duelen mucho, pero no quiero acercarme a esos niños.
—¡Ah!— suelto un grito molesto.
Cierro la ducha y me envuelvo en una toalla. Salgo chorreando el piso. Llego a la cama y me cambio con la pijama. Sin antes de revisar mi corte y verificar que no pase nada. Desde que nacieron esos niños me he sentido con la necesidad de tenerlos lejos.
Me miro al espejo. Veo mi cuerpo. Está como si no hubiera tenido hijos, ha vuelto a como era antes y solo eso me alivia. Pero miro mis pechos y ni rozarlos puedo porque duelen. Duelen mucho. Mi vientre sigue un poco hinchado, apenas ha pasado un mes, solo eso se nota de que estuve embarazada pero en unos meses volverá a la normalidad.
Los llantos de los bebés me inquietan pero no quiero tenerlos cercas, por o que opto en echarme a dormir. Me acerco a la cama, me meto entre las mantas y volteo un poco a ver la hora. Son las ocho de la noche. Y...
La puerta se abre de golpe. Un Christopher entra molesto y desesperado haciéndome saltar. Su cabello está desordenado, su camisa arrugada y...
—¿Qué pas...?— no termino porque él viene a mi y me agarra del brazo fuertemente sacándome de la cama— ¿¡Qué demonios te pasa?!— grito
—¡Ya basta, Neferet!— me grita haciendo que lo encare— ¡Vas a ir a alimentar a tus hijos porque ya no se calman! ¡He perdido todo mi paciencia! ¡Ya fue suficiente un mes! ¡Tus hijos te necesitan! ¡Si tuviste el valor de abrir tus malditas piernas para Aidan, anda y hazte cargo de tus actos!
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Tu Mirada [Aidan Gallagher] [Libro 1 y 2] (✔)
FanfictionTenía problemas, demasiados con que lidiar, pero encontró esa luz que jamás creía encontrar, es como si su vida hubiera dado un giro completo al verlo a los ojos...Solo su mirada... «-Dicen que el amor es abstracto pero yo lo tengo justo frente mío...