Capítulo 2

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— ¿Estás segura de esto Mad?

Negué con la cabeza cansada. —Juro que si vuelves a decir eso otra vez, saldré corriendo y sin tí.

—Lo siendo ¿sí? —Emma rodó los ojos—. Sólo estoy un poco nerviosa por esto ¿estás segura de que no quieres usar la peluca?

—No. No voy a esconderme por tratar de salir de fiesta. Soy una persona, famosa claro, pero soy una persona. Merezco aunque sea un minuto de normalidad.

Emma asintió con la cabeza mientras se ponía su abrigo y me hizo una señal hacia la puerta para que saliéramos. Si ella estaba nerviosa, yo lo estaba aún más. Parecían décadas desde que había salido de fiesta por última vez, tenía unas enormes ganas de bailar y emborracharme hasta perder la conciencia para poder olvidarme de la mierda de vida que estaba llevando hasta el momento, quería poder olvidar el vacío que sentía en mi pecho cuando miraba hacia mi lado y me daba cuenta de que estaba completamente sola. Mi corazón me decía que saliera corriendo, que dejara toda esta vida llena de superficialidades y de falsedad y que me devolviera justo por donde había venido, que suplicara el perdón de mis padres y que volviera a mi vida anterior dejando atrás mis sueños y metas por cumplir. Pero mi cabeza me decía que no lo hiciera, que no admitiera mi error y siguiera adelante, porque la fama era lo único que me quedaba.

Jean y Marcus —mis imponentes guardias de seguridad— aparecieron a nuestro lado, ambos formales y vestidos de traje oscuro.

—Quiero que el perímetro de el local esté totalmente cubierto Marcus, quiero a guardias en todas las entradas y salidas y no quiero que Madison se pierda de su vista ni un solo segundo ¿entiendes? —ordenó Emma.

—Entendido señorita —respondió Marcus con su grave voz. Emma había hecho bien al contratar guardias tan amedrentadores e imponentes y con una voz que te hacia querer correr en cuanto te dirigían la palabra.

Y dejen la limusina —continuó Emma. Le di una mirada de "cómo mierda se te ocurre" pero ella solo me ignoró—. No quiero nada que llame la atención.

—Entonces tendrás que dejarme adentro.

Emma rodó los ojos. —Londres vamos por ti.

Marcus solo asintió y tecleó algo en su móvil.

Al cabo de unos minutos bajamos, los que parecieron cien interminables pisos del edificio, hasta el subterráneo donde nos esperaba una enorme camioneta con vidrios polarizados.

Subí, rogando porque todo saliera bien esta noche.

—La seguridad estará a mil esta noche, no tienes por qué preocuparte.

Estuve en silencio todo el camino hasta la discoteque, seguía muy nerviosa y sabía que si emitía aunque fuese una sola palabra, me arrepentiría y literalmente saltaría de la camioneta.

—Mad —me llamó Emma, mientras yo miraba por la ventana embelesada, veía el tráfico y los peatones que pasaban a  un paso de nosotras estábamos ocultas tras apenas un cristal oscuro—. Ya llegamos.

En cuanto bajamos de la camioneta, todo se hizo borroso, muchas ráfagas de luz provenientes de los flashes de los paparazzi me cegaron, al parecer ni la cita de Ariana Grande con Big Sean podía hacer que esos malditos se alejaran de mi. La noche ya estaba arruinada.

Caminé poniendo mi mejor sonrisa falsa por entre ellos. En cuanto entramos al edificio le susurré a Emma: —Es mejor que nos vayamos.

—No lo haremos —gritó por encima de la música—. Esta es tu noche y no permitiré que te arrepientas, tengo a la mejor selección de guardaespaldas del país para usted señorita Peters.

Paparazzi » Harry Styles (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora