Capítulo 24

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—Hoy tenemos ensayo —me dijo Liam en cuanto llegó al apartamento.
Obviamente ocupó su llave y me encontró saliendo de la ducha con una toalla alrededor de mi cuerpo y otra en mi cabello. Quise ignorar que sus ojos me recorrieron completamente y que su respiración se hizo un poco más lenta. Seguramente era sólo mi imaginación. Me había resignado a dejar ir a Liam, pero su presencia aún me hacía temblar.

Yo simplemente negué con la cabeza ante su afirmación. —No quiero ir —respondí. No estaba de ánimos para ir a los malditos ensayos a practicar algo que yo ya sabía muy bien y más encima para ver la estúpida cara de mosca muerta de Gina Sims.

—No estoy preguntándote nada, Madison —se cruzó de brazos y me observó.

Bufé y giré los ojos. ¿Por qué tenía que ser tan idiota? Lo único que hacía era darme órdenes. Liam era una de las pocas personas que no me dejaba hacer lo que yo quería y eso ya estaba aburriéndome.

—En realidad no me siento muy bien —medio mentí, aunque también era cierto. Me sentía agotada por el constante ejercicio que estaba haciendo a diario y muy muy hambrienta.

—En realidad no te creo nada —se burló de mí, yo gruñí enojada—. Te espero en diez minutos.

Intenté hacer una pataleta reiteradas veces, pero Liam no se dio por vencido y cuando decidí arrojarme al suelo para evitar que me llevará contra mi voluntad, el cumplió su promesa de sacarme con guardias de la habitación. Tuve que implorar unos minutos para poder arreglarme ya que no podía ir en toalla a los ensayos. Si iba a ver a Gina Sims tenía que ir con lo mejor que tuviera.

—Eres un idiota —solté cuando estuvimos dentro del auto.

—Me han dicho cosas peores —dijo mirando su celular y yo rodé los ojos sin que me viera. Decidí imitarlo y sacar el mío.

Navegué por twitter durante todo el viaje, ignorando todas las los indicaciones que Liam me daba. No estaba de humor para oír sus mandados.

Minutos después ya tenía mi mejor cara de felicidad fingida y saludé a los chicos de la banda animosamente. Por lo menos ellos me caían bien de verdad.

—Te toca en diez minutos —dijo uno de los productores—. Gina irá antes que tu. Tiene que hacer unas entrevistas.

Me crucé de brazos y lo miré como si todo fuese una mala broma. Esa maldita me quitaba hasta mi puesto de ensayo.
Liam me observó con desaprobación y negó con la cabeza ante mi gesto con el productor, pero yo sólo lo ignoré.

El se fue y me quedé tras el escenario esperando que mi competencia terminara de arrebatarme el protagonismo del día.

—Hola —dijo una voz conocida tras de mí. Era Harry. Iba vestido como siempre y con cámara en mano, incluso con su horrenda mochila, solo que esta vez colgada de su cuello iba una credencial tal como la mía.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté curiosa. Yo tenía entendido que la seguridad era muy eficaz y que era imposible que los paparazzis entraran.

—Tengo contactos ¿lo olvidaste? —sonrió y me apuntó con su cámara, tomándome una fotografía.

—Te dije que no querías que sacaras fotos —gruñí y traté de alcanzar la cámara para quitársela, pero él no me dejó.

—No te he tomado ninguna foto desde que me lo prohibiste —dijo y yo reí.

—Mentiroso.

—En serio.

—Promételo —pedí.

—Lo juro —dijo el sin rechistar—. ¿Me crees ahora?

—Mmmm, creo que sí —respondí y el sonrió satisfecho.

Paparazzi » Harry Styles (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora