Capítulo 32

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Un rayo de luz entró por entre la cortina de la ventana y me obligó a abrir los ojos. La cabeza me dolía y obligaba a cerrarlos, pero pude reconocer que estábamos en una habitación que no era la mía, con Harry. Recuerdos borrosos de la noche anterior venían a mi cabeza y sonreí. No recordaba que salir de fiesta fuera tan divertido.

—Buenos días —dijo Harry a mi lado—. ¡Dios! —se quejó—. La resaca debería ser ilegal.

—O mejor, no existir —estuve de acuerdo.

Miré a Harry, lucia tan bien con el cabello despeinado. —Me encanta despertar así —dijo de repente.

— ¿Con la ropa del día anterior y resaca? —me burlé. Cuando llegamos estábamos tan cansados que no nos habíamos sacado la ropa y ni siquiera nos habíamos cubierto con las frazadas. Observé mas y gracias a las imágenes de las mujeres casi desnudas en la pared, me di cuenta de que no era la habitación de Harry, sino la de Louis. Supuse que entre tantas risas nos habíamos equivocado de habitación.

—Contigo —Harry dijo y se acercó para picotear mis labios. Agradecí eso, porque el sabor del alcohol seguía en mi boca como para una sesión de besos mañaneros.

—También me agrada despertar contigo, Harry.

Rodé hacia el y lo abracé. No me había dado cuenta del frío que tenia hasta que me encontré cálida y protegida en sus brazos.

— ¿Quieres darte una ducha mientras preparo algo de desayunar? —me propuso Harry y yo asentí—. Dejemos la habitación de Louis en paz, esas mujeres están comenzando a perturbarme —rió.

Salimos de la habitación y me sorprendí al ver a Louis tirado en el suelo al lado del sillón. — ¿Louis? —lo llamé pero el no se movió. Por un segundo temí que hubiese muerto por la cantidad de alcohol que había ingerido la noche anterior.

Fuimos hasta él y Harry lo movió un poco, pero su amigo no reaccionaba.

—Ayúdame a ponerlo sobre el sillón, por favor.

Con cuidado lo colocamos sobre el sillón y al fin comenzó a reaccionar. —Que diablos me están haciendo —susurró. Su voz era como la de un borracho de la calle, se tropezaba con sus palabras en una sola oración y me había costado mucho entenderle.

— ¿Por qué estabas en el suelo?

—Porque estaban usando mi habitación, puercos. ¿No podían usar la tuya, Harry? —me ruboricé y Harry se rió.

—No seas idiota. Ve a acostarte a tu habitación —lo regañó.

—No dormiré sobre el sexo —nos advirtió—. Navidad no es para eso, año nuevo tal vez, pero no navidad.

—Vamos a tu cama, Lou.

—No, no, no, no —se quejó él cuando Harry estaba tratando de moverlo—. Oh, Dios. Voy a vomitar —nos advirtió.

Y así fue.

***

— ¿Como sigue Louis? —le pregunté a Harry. Habíamos estado horas abrazados, viendo netflix y bebiendo agua para pasar la resaca mientras Louis dormía.

—Aún sigue dormido, pero no te preocupes, siempre le pasa esto.

— ¿Siempre vomita hasta su bilis? —pregunté curiosa. La verdad no me sorprendía.

—Cuenta la leyenda que para un cumpleaños de Liam, Louis vomitó una parte de su cerebro.

— ¡Nooooo! —exclamé mientras me partía de la risa—. Eso es tan idiota.

Paparazzi » Harry Styles (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora