DragonBall: Unforgotten (español)

Capítulo 18

Recuerden que esta historia no me pertenece, solo se me acredita su traducción al español. La autora original es DemonicHost 😊

Capítulo dieciocho

Dieciséis semanas. Eso es lo que llevas conociendo a Goku, más o menos hasta el día de hoy. En dieciséis semanas parecía que todo tu mundo había cambiado tanto en tan poco tiempo. Relativamente hablando, por supuesto. Fue al final de la primera semana de septiembre, un momento en el que normalmente querrías golpearte la cabeza contra el escritorio mientras los profesores hablaban monótonamente. Habrías estado en tu último año de secundaria; luchando por descubrir tu futuro. Y realmente deberías haber estado haciendo esa última parte, pero de alguna manera no parecía tan aterrador o urgente. No desde que Goku te había prometido todo lo que tenía. De alguna manera, esa sensación de seguridad con él se sentía bien, realmente no lo cuestionaste mucho, al igual que muchas cosas con él.

Goku, sin embargo, tenía algunas preguntas que parecía no poder responder por sí mismo. Una pregunta en particular: ¿por qué fue tan difícil hacer que olieras y estuvieras lista para tener relaciones sexuales? Había pasado una semana desde que tú y él tuvieron esa mañana experimental. Y había hecho lo que pediste... pero no podía oler ese dulce aroma picante que rápidamente le había gustado mucho y ahora anhelaba, era realmente extraño. Había intentado hacer todo lo que recordaba haber hecho cada vez que olía ese olor antes. Había estado haciendo los mismos entrenamientos (con y sin su camisa para ver si marcaba la diferencia), entrenándose a sí mismo cada vez que había espacio (de nuevo, viendo si había una diferencia con o sin ropa) ... nadando... acurrucándote cerca por las mañanas; todo lo que se le ocurría para que prestaras atención. Nada. Y no había podido tener una erección sin ese olor. Había estado esperando uno desde que fue a la tienda y compró esas cosas extrañas. Dijiste que los chicos podrían ayudar a que las chicas estuvieran listas. Le habías dicho que los chicos pueden estar listos casi al instante. Él no quería pensar que le mentiste, pero... tal vez te equivocaste. Porque sin esa atención especial, ese aroma especial, parece que no podía prepararse.

Además, ¿por qué dijeron que el condón sabía a cereza? ¡No sabía nada a cereza!

Ni siquiera pudo hacer que le explicaras eso. En el momento en que lo viste masticar un condón con sabor, te habías reído tanto de su expresión que te salieron lágrimas. Todavía necesitabas disculparte por eso... pero vamos, eso fue divertidísimo. Él te había aplicado la ley del hielo ya que te habías reído de sus esfuerzos con la cosa sin sabor a cereza de la que realmente te arrepentías.

Así que como una forma de crear una tregua, le habías traído su comida favorita. Se la ofreciste, con la esperanza de poder reparar tu error. Quedaban dos esferas por encontrar, pero habías estado yendo un poco más lento que antes. Parecía que no importaba lo que hicieras, no habías podido dormir lo suficiente en mucho tiempo. Y parece que realmente no podías comer nada, no tenías apetito. No en comparación con el que solías tener al menos. Estabas abajo de porciones normales para la persona promedio; eso era la mitad de lo que solías comer en un día lento. Teniendo en cuenta que tu metabolismo se disparó, eso no era algo bueno. Ya habías perdido un poco de peso solo en la última semana. Si la balanza era creíble perdiste alrededor de cinco libras solo en esa semana. Lo cual fue alarmante. Aún así... sabías que te estabas muriendo, así que no fue como que perder peso o tu apetito fuera un gran shock. Tampoco lo fue el dolor corporal general en la parte baja de la espalda, los lados y alrededor del corazón. Las únicas cosas que parecían estar funcionando correctamente para ti eran tus brazos y piernas. E incluso ellos a veces no querían moverse como tú querías.

Por eso Goku estaba ayudando a la aldea local a abastecerse de leña. Realmente era un buen tipo. Y parecía disfrutar del tiempo para hacer algo físico para ayudar a otra persona. Lo cual fue solo otra señal de su genialidad generalizada.