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Si, definitivamente tenía que ser una broma.

- Kiri-chan, ¿qué haces aquí?- preguntó un sorprendido Mikey.

- Trabajo aquí.- le contestó después de dar un suspiro.- Oye, poste de luz, estoy empezando a pensar que realmente eres un acosador.

- ¿Ah? Venimos aquí muy a menudo, edificio con patas.- dijo el rubio alto sintiendo que le iba a explotar la vena de la frente.

- Ya claro.- habló no muy convencida.

La chica apuntó lo que querían y se los llevó. Tras unos minutos se escuchó un fuerte grito.

- ¡Ya me tienes harto!- el pequeño rubio se había quedado dormido después de comer.- ¡Pareces un anciano durmiéndote después de comer!

Draken lo cargó en su espalda y empezó a dirigirse a la salida.

- Nos vemos Kiri.- habló antes de cruzar la puerta.- Demonios, no tienes remedio...

La nombrada los miró con una ceja alzada, vaya par de raritos.

[...]

- Buen trabajo, Okazaki- chan.- se despidió la encargada.

- Mierda, voy a llegar tarde.- habló para sí misma la Okazaki, y empezó a correr.

Mientras tanto, dos rubios iban a paso tranquilo hasta llegar al hospital general para visitar a la novia del amigo de Pa, la principal víctima del conflicto. En el proceso, se encontraron con los padres de la pobre chica muy destrozados y causando un jaleo en el hospital. Draken hizo un perfecta reverencia de 90 grados aceptando el sermón del mayor, sin embargo, Mikey no lo aceptaba y quiso protestar.

- Pronto pelearemos contra Moebius.- empezó a hablar el mayor después de que se fueran los padres de la muchacha.- Nuestros asuntos se resuelven en nuestro propio mundo. Todos nuestros compañeros tienen familias y seres queridos. No podemos involucrar a inocentes ni hacer llorar a quienes los rodean.

Hizo una pausa.

- No tienes que bajar la cabeza si no quieres.- siguió.- Pero piensa en los demás.

- Eres muy buen tipo, Ken-chin.- habló el menor.- Lo siento, Ken-chin. Yo... me alegro de tenerte a mi lado.

Un tercero que "sigilosamente" los seguía, empezó a entender porque el rubio bajito cambió tanto con la muerte del alto y por qué la ToMan de doce años en el futuro acabó siendo tan terrible. Draken era el corazón de Mikey, este compensaba sus carencias.

- Diablos, qué hambre tengo.- dijo con una sonrisa el Sano.

- ¿Qué? Pero si acabas de comer.- habló Ken con el ceño fruncido.

- Me da hambre después de comer.

- ¿Cómo funciona eso?

De repente, una conocida chica salió de una de las consultas del hospital cuando aquellos dos estaban pasando.

- Gracias doctor...- la fémina se dio cuenta de la presencia de los rubios.- Ustedes...

Nori se quedó sin habla, no esperaba encontrárselos en ese momento.

- Kiri-chan, ¿qué haces aquí? Otra vez...- preguntó Mikey.

- Nada importante, sólo es un chequeo.- contestó agitando las manos y, a su vez, un papel que tenía en ella. Dicho papel llamó la atención del alto y pudo leer algo que lo sorprendió.

- ¿Estás enferma?- preguntó directamente.

La chica lo miró mal.- No lo estoy, tu definitivamente sí.

𝐈𝐊𝐈𝐆𝐀𝐈 •| 𝐃𝐑𝐀𝐊𝐄𝐍 ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora