𝟑𝟓

1.9K 234 26
                                    



¿Sabéis de ese sentimiento cuando pareces tenerlo todo planeado, controlado, y al final no sale como querías? ¿Esa frustración, vacío y sensación de fracaso? Estos sentimientos eran reflejados con claridad en los ojos de Kazutora.

Nori lo miraba con lástima, pero no con compasión. Había sido quién le había dado con una tubería en la cabeza después de todo. Sin embargo, sabía que seguía siendo un niño, más bien, todos los eran. Eran unos niños jugando a ser adultos.

Dirigió su mirada a Kisaki, sintiendo una ira descontrolada; por manipular mentalmente a Hanemiya, quien ya de por sí tenía una mente frágil; por manipular a Mikey, tocando un tema tan sensible como la muerte de su hermano; y, lo más importante, por intentar matar a Ryu.

Vio cómo su amigo pelinegro avanzaba, golpeando a los de la División bajo el mando de Tetta, hasta llegar finalmente a él.

—Jaque mate...Kisaki.

Baji Keisuke mantenía firme en el cuello de Kisaki Tetta, una tubería afilada. Ambos se miraron con todo el odio del mundo.

Pero, tras pensarlo unos minutos, el rubio dejó la postura defensiva y lo retó.—A ver si te atreves.

—Itō.—el ojiverde apareció inmediatamente tras la pelinegra.—¿Tienes...—sintió un dolor agudo.—...las pruebas?

—Las tengo.—les hizo una señal a unos chicos que aparecieron, aparentemente, de la nada.—Siguieron a Kisaki y a ese tal Hanma durante unas largas semanas.

La Okazaki se dirigió a uno en particular.—Hara-kun. ¿Tu hermano?

—Están listos, Reina.—contestó ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—Estupendo...—un pequeño mareo hizo que se desestabilizara.

—Nori.—Haruo la sostuvo. Observó su camiseta, en la que se podía apreciar escasamente, una mancha de sangre.—Deberías ir al hospital, nos encargaremos.

—Estoy bien, sólo es un rasguño.—dijo dándole una sonrisa, que fue de todo menos tranquilizadora.—Bien, hora de hacer mi escena.


—Sabía que Kazutora estaba mal de la cabeza...Al parecer se llevó a Baji a Valhalla para intentar matarlo él mismo. Y en el camino se ha llevado a la novia de nuestro Sub-Comandante. Lo ha visto...¿no, Comandante?—habló Kisaki con intenciones de provocar al Sano.

"Aún con su vida en juego sigue intentando manipular a Mikey. ¿Tiene agallas o es imbécil?"

Fuera lo que fuese estaba funcionando, Mikey estaba cayendo ante sus palabras. Sus ojos parecían no tener vida, su brillo característico, el que aparecía cada vez que veía su banderita en el menú infantil, había desaparecido por completo.

"¡No escuches, Mikey-kun!"—pensó el Hanagaki, temiendo que ocurriera lo que estaba intentando evitar que pasara.

—No escuches, Mikey.—Kiri se colocó detrás del rubio.—No escuches ni una sola palabra del mocoso.

—¿Qué haces, Kiri-chan?—murmuró Manjiro, aún con sus ojos apagados.

—Protegerte.—se limitó a contestar. Cruzó miradas con Keisuke, quien asintió con una sonrisa, enseñando sus colmillos.—Quiero que me escuchéis todos.

Los presentes pararon sus acciones ante la imponente voz de la chica. Los líderes, quienes conocían a la fémina, también pusieron atención a lo que diría.

—Soy la fundadora de Valhalla, me llaman Kuro no joō.—Mikey se giró a verla de inmediato, y esta le dio una sonrisa triste.—Hace años cree esta pandilla para unos fines diferentes a estos; sin embargo, debido a acusaciones de homicidio, fue disuelta.—los ex-integrantes vivieron en sus mentes aquellos días con melancolía.—Sin embargo, alguien volvió a darle vida a Valhalla, alguien que no fui yo. Y eso me enerva la sangre.

𝐈𝐊𝐈𝐆𝐀𝐈 •| 𝐃𝐑𝐀𝐊𝐄𝐍 ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora