𝟏𝟖

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Una chica, de baja estatura y ojos verdes, se encontraba en la escuela, más específicamente en la puerta principal, esperando a Hinata para ir a por Emma e ir a por un helado; la Sano estaba algo triste al enterarse de la relación entre la Okazaki mayor y el sub-comandante de la Tokyo Manji, así que decidieron salir para animarla un poco, o esa era su intención.

- Hola, señorita~

Nozomi se giró algo asustada, pero lo ocultó perfectamente, tal y como le había enseñado su hermana. Eran dos chicos, bastante altos; uno tenía el pelo negro y rubio recogido en dos trenzas, y el otro azul y rubio algo despeinado y largo.

- ¿Se os ofrece algo?- preguntó la menor indiferente.

El desconocido de las trenzas se rió secamente.- Te pareces a tu hermanita mayor, pequeña Okazaki~

Esto alertó a la ojiverde y de un rápido movimiento se alejó de aquel par de extraños.- ¿De qué conocéis a mi hermana?

- Eso no importa, dile que los Haitani la estamos buscando. Ella ya sabe dónde encontrarnos.- intervino el más serio, frío y cortante.- No le conviene hacernos esperar.

- ¿Eh-

- ¡Nozomi-chan!

La nombrada vio a la Tachibana correr en su dirección y volvió a poner su atención en los chicos, pero estos ya no estaban.

Qué mal rollo.

- ¿Qué ocurre, Nozomi-chan?- preguntó la del pelo castaño claro mirando la misma dirección en la que estaba viendo la menor.

- ¿Eh? Nada nada, me pareció ver un gato muy mono. ¿Nos vamos?

- ¡Si!

En otro lugar, en ese mismo momento, estaban la recién formada pareja y un pequeño rubio en un parque cualquiera, tomando un refresco y algo de comer.

- ¿Qué demonios quieres Mikey? Es mi tiempo de descanso, ¿no podías esperar a que terminara?- preguntó la peli negra con un tono de enfado.

- Pero, Kiri-chan~ .Es importante...- intentó excusarse el antedicho con un pequeño puchero.- ¿Verdad, Ken-chin?

El rubio alto casi se ahoga con su bebida al ver dos miradas sobre él; la de su líder y amigo, y la de su novia, la cual era de esas que decía perfectamente "le das la razón y te castro". Y no sabía a quién temer más de los dos. Vaya mierda...

- Eh...Yo sólo vengo a acompañarlo, nena.- prefirió evitar el tema y dejárselo a ellos dos.

- Traidor...- susurró el comandante aún con el puchero en sus labios.

Nori simplemente suspiró y apoyó su espalda sobre el cuerpo de Draken, relajándose por completo. Sin embargo, el tatuado estaba más tenso que Doraemon en un control de aduanas, cosa que divirtió a la fémina.

- Cuéntame ya que quieres, Sano.

- Forma parte de la ToMan, Kiri-chan.- soltó de sopetón Manjiro.

Ahora era la chica la que casi se ahoga de la impresión. Su novio le dio unas cuantas palmaditas en la espalda, sabía que ocurriría, hasta a él mismo le sorprendió la revelación del menor cundo se lo contó.

¿Qué mierda? ¿Habla en serio? Está demasiado serio así que debe serlo... Igualmente quiero asegurarme.

- ¿Estás hablando en serio?

- Muy en serio.- recalcó seguro de su respuesta.

- ¿Por qué esta repentina decisión, enano?- volvió a su posición inicial, como si nada tuviera que ver con ella.

𝐈𝐊𝐈𝐆𝐀𝐈 •| 𝐃𝐑𝐀𝐊𝐄𝐍 ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora