𝟗

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Nuestra querida peli negra de hermosos ojos exóticos se encontraba teniendo una lucha interna todavía en la ventana de Takemichi, mirando al exterior y sin dirigirle una sola mirada al recién llegado.

- Oh! Kiri y Nozomi.- el esbelto rubio se dio cuenta de la presencia de las dos hermanas.

- Hola Draken-san.- saludó la menor, pero la otra no lo hizo.- Onee-san, vamos...

Esta simplemente levantó la mano en forma de saludo, a lo que la ojiverde suspiró.

- Perdónala, está últimamente muy gruñona.

- No te preocupes.- contestó el tatuado desinteresadamente.- De todas formas, hace mucha calor aquí. ¿Será porque está lleno de hombres?

Ninguna de los chicos decían una palabra o se movían, la presencia de Draken también emanaba respeto.

- ¿Qué hacen parados como tontos? Traje sandía, comamos.- dijo mientras enseñaba una gran sandía.

- ¡S-Si!

[...]

Después de comer la sandía, empezaron a hablar sobre todo lo ocurrido después de que se desmayara el Hanagaki, pero este se atrevió a nombrar a Mikey y todo se volvió tenso.

- Voy a cortar lazos con Mikey.- habló sin mirar a nadie el de la trenza.- La ToMan se acabó.

- ¿De qué hablas? ¿Cómo que se acabó?- preguntó bastante nervioso el Hanagaki.- Es broma, ¿no?

- Siento las molestias.- se despidió el alto ignorándolo.

- ¡Oye! ¡Espera un poco!

El Ryuguji salió de la casa sin decir una palabra más pero se encontró de cara con el Sano.

- ¿Eh? ¿Qué haces aquí?- Manjiro fue el primero en hablar, obviamente no de muy buenas maneras.

- ¿Eh? ¿Qué demonios haces tú aquí?- preguntó de igual manera Ken.

- ¡Mikey-kun!- exclamó Takemichi sorprendido.

Mientras tanto, los demás observaban la escena desde la habitación del rubio, algunos con expresiones de terror y otra con un expresión de fastidio en el rostro.

- ¡Vino Mikey!

- ¡Y en el peor momento!

La peli negra resopló.- Menuda estupidez.

Ambos rubios se miraban fijamente, sin dejar atrás el ceño fruncido y las manos en los bolsillos.

- Vine a ver cómo estaba Takemicchi.- habló el rubio menor.

- Y yo también.- contestó el otro.

- ¿Qué? Takemicchi es mi amigo.- dijo Mikey.- Nadie te invitó. ¿Cierto, Takemicchi?

- ¿Eh? Pues...

- ¿Qué estás diciendo? Él es mi amigo. ¿No, Takemicchi?

- Eh...

¿Acaso son niños? Capullos.- pensó la Okazaki mirando todo de reojo.

- Quítate, tótem, no me dejas pasar.

- ¿Eh? Quítate tu, enano.- respondió el alto, al que ya se le estaba marcando la vena de la frente.

El Hanagaki intentó interponerse para intentar frenarlos, pero no salió nada bien. Mikey empezó a tirarle una bicicleta a Draken, y éste se la devolvió rompiendo el bate de nuestro pobre viajero del tiempo. Así estuvieron un tiempo, rompiendo y tirándose los preciados recuerdos y posesiones del héroe llorón.

𝐈𝐊𝐈𝐆𝐀𝐈 •| 𝐃𝐑𝐀𝐊𝐄𝐍 ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora