En seguida los amigos de Nate nos rodearon para saludar y mirarme las tetas por turnos.
- Soy Beth. - dije cuando me preguntaron.
Se presentaron todos, pero al único que reconocí fue a Tony, los demás nombres se borraron tan rápido que no me acordaba de ninguno.
- ¿Quieres algo de beber? - me preguntó Nate.
- Sí, que esté cargado.
- ¿Alcohol? - preguntó extrañado.
- No creo que sobreviva sobria a esta noche.
- ¿Porqué lo dices?
- Hay muchas chicas.
- ¿Y?
- Van a asfixiarme.
La risa de Nate en mi oído me produjo escalofríos en toda la espalda.
- No tienen oportunidad contigo, ahora vuelvo con tu bebida.
- No, no me...
No pude acabar, porque ya se había esfumado entre la gente. Suspiré y me miré disimuladamente el vestido en el espejo del recibidor, comprobando que estuviera todo bien.
- ¡Hola! Tu debes de ser Elisabeth.
Ahí venían, era mi hora, el momento del repaso a mi vestido, los comentarios de que si Nate y yo éramos pareja y otras muchas cosas que se añadían a la lista de porqué no me gustaba hablar con chicas.
Igualmente, me giré a ver a las tres chicas que me sonreían con falsedad, yo me uní a ellas, les sonreí.
- Hola, sí, soy Beth, un gusto.
Un gusto sería irme corriendo.
- Yo soy Hannah, voy a la las mismas clases que Nate.
Ya habían metido a Nate en la conversación, a ver cómo podía esquivar esa pregunta que tenía Hannah escrita en la frente.
Las otras dos chicas que, por cierto, parecían gemelas, se quedaron escuchando a su lado, como si fuesen simples espectadoras.
- Qué bien ¿qué estáis bebiendo?
Señalé sus vasos y ellas le echaron un vistazo, a lo que Hannah contestó:
- Solo es té, no me va demasiado la cerveza ni alcoholes fuertes.
- Entiendo, a mi tampoco ¿haces deporte? - la bombardeaba con preguntas para que no pudiera sacar el tema, pero era escurridiza.
- No, ahora no ¿tú vas al gimnasio con Nate verdad?
- Nos encontramos allí a veces, pero me gusta más salie a correr por el jardín del campus. - mentira - ¿Sois residentes de la universidad?
No pudo contestar, porque entonces apareció Nate con dos vasos.
- Toma, este es mío.
- Gracias.
- Nate, justo estábamos hablando de ti. - soltó Hannah.
Vi con desagrado cómo le ponía la mano en el hombro y quise quitarla de un manotazo.
- ¿Ah si?
- Sí ¿cómo estás? Apenas se te ve por la universidad.
- He estado ocupado.
- ¿Asuntos familiares?
Pero esta porqué se metía donde no le llamaban. Si tan reservado era Nate con su vida ¿porqué parecía que no tuvieran secretos ellos dos? ¿Acaso sería una ex o algo así? Y ¿porqué no quitaba la puta mano de su hombro?
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos De Nate
Romance*contenido +18, corres el peligro de enamorarte de personajes literarios* Si conocieras a Nate, el chico más popular de la universidad y por alguna razón él se interesara por ti ¿qué harías? Elisabeth no tiene una vida demasiado interesante, te aseg...