Capítulo 42

601 40 0
                                    

CAPÍTULO ESPECIAL
POV. BÁRBARA

Estaba cabreada con todos los de este puñetero palacio, lo odiaba con toda mi alma. Mi habitación no, mi habitación era una locura, pero me topé con Eliza por el pasillo mientras buscaba a Beth.

- Oh, traeme a mi habitación un té de cola de caballo. - me dijo en cuanto me vio.

Se quiso ir, pero yo no pude contener mi lengua.

- Preparatelo tú, zorra, no soy tu sirvienta.

De haber sabido que era la futura reina igual no le hubiera llamado zorra, pero como se iba a casar con el novio de mi amiga, bien merecido lo tenía.

- ¿Disculpa? - me dijo dándose la vuelta.

- Disculpada ¿has visto a Elisabeth?

Su cara pareció entender entonces y yo levanté una ceja, esperando una respuesta.

- Ah, tú entonces eres Bárbara, la invitada de Nate, yo soy Eliza, la prometida.

Me tendió su mano y no puedo negar que me puse un poco tensa al saber que ella iba a ser la reina, pero me hervia la sangre que ella se casara con Nate.

- ¿Estas sorda? - susurré - ¿Has visto a Elisabeth? - alcé un poco más la voz.

Me estaba comportando como una imbécil, pero no podía importarme menos. Ella bajó la mano y me miró seria.

- No, no la he visto.

- Vale.

La dejé allí de pie y seguí buscando, cuando desistí, quise volver a la habitación y la puerta de delante se abrió. Me paré en seco y vi cómo Beth salía con una sonrisa de allí, yo avancé hasta ella.

- Hola.

Dio un salto y me miró sorprendida, yo sonreí y miré la puerta alzando las cejas.

- ¿Ya le has recordado lo buena esposa que puedes ser?

- Qué susto.

- Detalles, por favor. - pedí mientras la cogía del brazo.

- Sabes que no hablo de estas cosas.

Siempre tan callada y tímida con el ámbito sexual. Por una vez que tenía una amiga y no me contaba sus royos.

- Vamos, por favor, si fuera alguien cualquiera me daría igual, pero es el príncipe, has de informarme de algo. - me quejé.

- Es que...

Se tensó y abrí la puerta de mi habitación, donde entramos juntas y cerré tras de mí. Se la veía incómoda, así que suspiré y no insistí más.

- De acuerdo, pero dime cómo te sientes.

Me senté en la enorme cama de esa magnífica habitación y ella hizo lo propio. Tenía el ceño fruncido y estabs preocupada, algo que me decía que no era buena señal.

- No estoy segura, la verdad es que quiero uns relación con él, pero din matrimonio por el momento y es totalmente normal porque yo acabo de empezar la universidad y si me casara con él ahora imagínate lo pronto que todos me presionarian para tener hijos, por no hablar de mi función de reina...

Sentí du frustración y el debate interno que mantenía con du lógica y su corazón. La verdad, no me podía ni imaginar lo duro que sería para ella todo esto. Mi mano acarició su hombro mientras buscaba las palabras que decir.

- Es totalmente normal todo lo que tr está pasando, igual Nate puede estar unos años casado hasta que tú estés preparada y luego divorciarse...

- No creo que sus padres permitan un divorcio de sangre azul, es algo demasiado escándaloso.

Alcé una ceja, pero decidí no comentar nada sobre su manera de referirse a la monarquía.

- Igual sus padres ya no tienen voto en esa decisión.

Vi como pellizcaba el borde de su sudadera mientras me miraba pensativa.

- Tengo que conocer a sus padres. - soltó.

- ¿Cuando?

- Nate me ha dicho que esta noche cenemos en la habitación y mañana comeremos con ellos y me presentará.

Cogí sus manos antes de que agujerease su sudadera y sonreí en un intento de tranquilizarla.

- Pues perfecto, tiened tiempo para pensar en qué decir.

- Como si supiera qué me van a preguntar... ¿Crees que saben que Nate y yo...?

- Sí, tenlo por seguro que sí.

- Joder, es terrible ¿y si está Eliza? No creo que pueda mirarla a la cara después de haber... Ahg.

Sus dedos masajearon sus sienes para después respirar hondo. Yo intenté consolarla con caricias en la mano.

- Vale, he de tener la mente fría: no voy a acostarme con Nate y voy a caer bien a sus padres.

- Perfecto ¿y Eliza?

- Ella... No lo sé, yo no quiero casarme, pero no quiero que él se case.

Me desinché y nos tumbamos en la cama mirando al techo. El agobio que estaba sintiendo ella me lo estaba transmitiendo a mí de rebote, pero quería estar allí, con ella. Nos quedamos así hasta que picaron a la puerta y trajeron la cena.

- Siempre podemos matarla. - sugerí medio en broma.

- Por dios... - se rió.

- No te rías, un secreto más de la monarquía.

Me encogí de hombros y comimos en la mesa de mi habitación, juntas.

_______________

He acabado ya la novela y quería dar las gracias a todas las personas que han votado y comentado en los capítulos, de verdad que me encanta leer lo que ponéis, me hace mucha ilusión, gracias.

Los capítulos que quedan los colgaré bastante seguidos, no tendréis que esperar demasiado❤️

Los Secretos De NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora