Capítulo 47

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* TRES AÑOS DESPUÉS *

Corrí hasta a la clase con los libros en mis manos. La profesora iba a matarme si no asistía a esa maldita reunión la cual no me había dicho hasta hacía media hora, pero era el último día para firmar. Llegué justa, con la respiración acelerada.

- Estoy... Aquí.

- Menos mal, vamos, firma antes de que se acabe el plazo.

Casi me tiré encima de ese papel para firmarlo, mis prácticas, empezaría a hacerlas en una clínica muy prestigiosa que solo admitía a dos alumnos del centro, uno de ellos, yo. Sonreí y mi profesora se acercó a mí para ponerme una mano en el hombro.

- Último año ¿cómo te sientes?

- Ahora mismo estoy a punto de sacar un pulmón por la boca, pero genial.

Hablamos un rato sobre los horarios y demás, después salí de allí con mi contrato de prácticas remuneradas en la mano y mis libros, lista para la siguiente clase.

Por el pasillo del primer piso me crucé con Mark, quién me guiñó un ojo y yo le sonreí. Había mejorado mucho en estos años, había repetido primer año de carrera, pero se había encarrilado y ahora ya iba bien. En su recuperación, hubo una noche de celebración la cual acabamos muy juntos... Nos acostamos una vez y no le puedo echar la culpa al alcohol, solo era nostalgia, pero no volvió a ocurrir, ya que nos pareció muy extraño a los dos, así que volvíamos a ser amigos, supongo, no hablabamos apenas.

Bárbara acabó con el de la corbata en la cabeza, pero después de un año le pilló acostandose con otra y le dejó, obviamente. Estuvo destrozada, pero ahora se había vuelto mucho más fuerte y segura, tenía algunos lios por ahí.

Me senté en la silla y presté atención a la última clase que tendría antes de empezar mis prácticas.

- ¿Al final en qué centro vas a hacer las prácticas? - me preguntó Simon a mi lado.

- En Ourps.

- No me jodas, qué cabrona, de allí siempre le salen trabajos a todos.

- A ver si es verdad ¿tú dónde?

- En la de mi barrio, fatal, la verdad, me enteré tarde de la fecha de las prácticas.

Simon era un compañero de clase que había empezado a hablarme el año pasado, jamás me había pedido salir, aunque a veces acabábamos nuestras conversaciones en su habitación, él no era de familia rica, para variar. Solíamos discutir bastante, no teníamos opiniones conjuntas, igual por eso la pasión en la cama era mejor, aunque bastante mejorable.

- Haber estado atento, todos hablaban de ello.

- ¿Qué quieres que te diga? Me distraigo.

- ¿Con qué?

- Contigo.

Negué con la cabeza y puse los ojos en blanco antes de ignorarle. Era todo un ligón, aunque me hacía gracia, porque siempre le daba miedo expresar todo sentimiento que tuviera, pero en lo que se refiere al coqueteo, se entretenía muchísimo.

Salí de clase y Bárbara me esperó fuera, un chico estaba intentando llamar su atención y me miró con cara de socorro, así que me acerqué y le di un beso en los labios a mi amiga.

- Hola cariño. - dije.

- Hola cielo, perdona, nos tenemos que ir.

El chico dio un paso atrás, un poco confundido y nos dimos media vuelta, la mano de mi amiga se puso sobre mi trasero y yo me reí mientras íbamos a su coche.

Los Secretos De NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora