No me veía con fuerzas para estar en un sitio tan grande sola, así que dormí con Bárbara en su habitación, también por miedo a que Nate entrase en mi habitación por la noche, no iba a negar que mi autocontrol pendía de un hilo.
Por la mañana unos nudillos golpearon la puerta de la habitación de mi amiga y abrí los ojos a la vida real. Me giré para ver a Bárbara en su divina naturaleza, con la boca abierta y el pelo enredado sobre la almohada.
- Creo que tenemos que desayunar. - dije
- Es un palacio, se desayuna cuando te salga de los cojones.
- Pues busca tus ánimos y desayuna.
- No me sale de los cojones. - gruñó antes de darse ls vuelta sobre ella misma.
Me levanté y abrí la puerta, donde había un carrito con muchas cosas de comer. Me quedé alucinada, yo no iba a comer tanto y estaba claro que Bárbara tampoco.
Entré el carrito dentro de la habitación y cerré. Cogí un cruasán y una fresa y me metí de nuevo en la cama, deborando la fresa primero.
- Qué bonito y no me traes nada. - dijo mi amiga volviendo del coma en el que antes parecía.
- Me has dicho que no querías.
- Que no quería levantarme a desayunar, no que no quería desayunar.
Me encogí de hombros y vi como se levantaba a coger algo del carrito.
- Joder. - dijo.
- Ya, es mucha comida.
- No, que se han olvidado del café, solo hay té, esto es una venganza de la zorra esa, estoy segura.
- ¿Quién es ls zorra esa?
- Eliza, hasta su nombre es feo.
- Mi abuela se llamaba así.
Se encogió de hombros y me miró con las manos llenas de galletas.
- Tu abuela estoy segura de que era adorable, en cambio esa zorra no.
Me reí y comimos juntas en la cama.
- Bueno, dime, ¿vas a declararte al príncipe?
De nuevo mid nervios se dispararon, no tenía nada claro lo que quería hacer, pero si de algo estaba segura era de que quería que Nate participara en mi vida y yo solo tenía una.
- Hablaré con él... La vida es corta y no quiero tener que lamentar no haber hecho algo por miedo, le voy a decir que quiero casarme con él. - decidí.
- ¡Eso es! ¡A destrozar la boda!
- ¡Y voy a hablar con él ahora mismo!
Me sentía nerviosa y con energía. Me levanté de la cama de un salto y fui al baño, donde había un cepillo de dientes metido en plástico que usé.
- ¿Ahora? - preguntó Bárbara caminando tras de mí.
- Sí, porque si me lo pienso más no voy a hacerlo.
- Igual ahora está desayunando con sus padres.
Paré en seco, es verdad, estaría desayunando... Pues me esperaría a verle entrar en su despacho.
- Le enviaré un mensaje y esperaré en su despacho.
- Genial, así me gusta, decisiones firmes, no te olvides de ello, eh.
- No lo haré, por cierto, vaya mierda de ropa que me has puesto en la mochila ¿por qué has puesto el vestido blanco?
- Nos íbamos de boda, pensé que igual acababas siendo tú la novia.
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Los Secretos De Nate
Romance*contenido +18, corres el peligro de enamorarte de personajes literarios* Si conocieras a Nate, el chico más popular de la universidad y por alguna razón él se interesara por ti ¿qué harías? Elisabeth no tiene una vida demasiado interesante, te aseg...