En el proceso me sentí como una de esas chicas asiáticas de los videos de Instagram, donde la maquillan tanto que hasta usan carne falsa para hacerle una rinoplastia temporal.
La verdad es que cuando acabó conmigo no me parecía para nada a esas chicas asiáticas de Internet, me sentía bastante a gusto conmigo misma, es decir, me notaba rara porque tenía demasiado maquillaje encima o al menos más de lo que me suelo poner yo, pero me quedaba muy bien. Mi piel estaba demasiado lisa y suave y el rubor que me había puesto en las mejillas me daba un toque coqueto. También me había echo una sombra en los párpados bastante oscura que le daba profundidad a mis ojos azules y los hacían destacar.
- Guau.
- Sí, lo se, de nada.
- No soy yo. - te dije mientras me tocaba mis pómulos marcados.
- Claro que eres tú, eres una versión mejorada de ti: más sexy, más confiada... se nota que la autoestima brota por tus poros ahora mismo.
Aún llevando la ropa sencilla que me había puesto ese día para ir a clase estaba realmente preciosa.
Bárbara puso sus manos en mis hombros y yo la miré a través del reflejo del espejo.
- Y aún no hemos acabado, espera.
Fue a una de las bolsas de ropa que habíamos traido y arrancó la etiqueta de un vestido con tul marrón. Me lo enseñó, era pequeño, con escote corazón, me recordó a un corsé la parte de arriba, por abajo la falda estaba cubierta por tul del mismo color que el vestido, de manera que pareciera delicado y sexy.
- Yo... No me veo con eso puesto.
- Yo quiero verte con esto puesto. - insistió.
Y la verdad es que yo también, pero no creía tener el cuerpo necesario para ese vestido, los muslos de Bárbara eran mucho más delgados que los míos, se notaba que llevaba una vida baja en calorías, sin embargo, yo era todo lo contrario, iba al gimnasio siempre que podía y estaba en el proceso de volumen, mis músculos habían crecido bastante en estos ocho meses. No me había probado ningún vestido des de que había empezado a ir al gimnasio.
- No creo que me quepa.
- Es elástico, claro que te cabe, a ver, quítate esa camiseta tan ancha que llevas.
Me quedé quieta donde estaba ¿quería que me quitase la camiseta?
- Perdona ¿qué?
- Que te quites la ropa, quiero verte.
- No...
Me miró con el ceño fruncido y yo le devolví la mirada sin entender nada.
- ¿Nunca has tenido amigas?
- ¿Qué tiene eso que ver?
Suspiró y dejó caer los brazos a sus lados mirándome con cara de cansancio. Uní mis manos delante de mi cuerpo y ella dejó caer el vestido al suelo, se llevó las manos a la camiseta que llevaba puesta y se la quitó, quedándose en sujetador.
- Es normal que las amigas se cambien delante de amigas, es lo que se hace al prepararse para una fiesta, no pasa nada, soy hetero.
- Es que yo nunca...
Ninguna chica jamás me había visto desnuda, no por nada, simplemente nunca se había dado la ocasión, no me disgusta mi físico y menos ahora que he crecido, siempre he sido bastante delgada, pero no me daba demasiada confianza quedarme en ropa interior delante de... Barbie, una chica que está acostumbrada a la perfección.
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos De Nate
Romansa*contenido +18, corres el peligro de enamorarte de personajes literarios* Si conocieras a Nate, el chico más popular de la universidad y por alguna razón él se interesara por ti ¿qué harías? Elisabeth no tiene una vida demasiado interesante, te aseg...