Capítulo 21+

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Me desperté con la terrible imagen del sueño que había tenido, mi hermano llorando en medio de la nada. Me dolía el corazón, necesitaba saber de él. Busqué mi móvil por todas partes, pero no lo encontraba.

La cama de Nate estaba deshecha, no había rastro de él ni de mi móvil. Me levanté de un salto de la cama, a los pies de la cómoda estaban las zapatillas de Nate, así que me las puse y caminé por el pasillo con tan solo una sudadera y zapatillas. Había luz en la cocina y oía cómo Nate discutía con alguien.

- Fuera, ya. - dijo con tono rotundo.

Entré para averiguar que pasaba.

- Oh. - dije al ver a Hannah.

Y Hannah me vio a mí, me miró de arriba abajo y luego miró a Nate con desagrado.

- ¿En serio? - dijo ella.

- Solo necesitaba dormir en un sitio. - dijo Nate.

Me dolía, no, me quemaba, qud estuviera dándole explicaciones erróneas de mi presencia aquí a esa zorra.

- Menos mal que tu privacidad es algo serio para ti. - le contestó.

A Nate se le veía desesperado por calmar la situación y, aunque no estaba de acuerdo con las explicaciones que le estaba dando, decidí ayudarle.

- ¿Esto es por celos o algo así? Como dice Nate, solo necesitaba un sitio donde dormir.

Los dos me miraron con confusión, me sentía tonta ahora.

- ¿Celos? - dijo Hannah.

Miré a Nate con seriedad y me crucé de brazos, a lo que él pareció entender.

- Hannah no era con quien estuve anoche.

¿Ah no? Pero si... Bueno, tenían el mismo pelo.

- ¿Ah no?

Hannah por alguna razón que desconozco le pareció graciosa la confusión.

- No querida, y pasa al comedor, por favor. - me ordenó mientras salía de la cocina.

- No es necesario. - dijo Nate, siguiéndola.

- Por supuesto que lo es, esta mañana he pedido los papeles, ayer en la fiesta ya llamasteis demasiado la atención.

Se sentó en una silla y cruzó sus piernas, echando atrás su melena castaña con cuidado. De su enorme bolso blanco sacó un portafolio de papeles y un bolígrafo. Los puso encima y me miró con una sonrisa.

- Firma Beth, por favor.

- Hannah. - reprendió Nate.

- Estoy haciendo lo que deberías hacer tú. - contestó ella.

Aunque no quería entrar en esta conversación tan extraña que estaban teniendo, la curiosidad me pudo y acabé sentandome en la silla de al lado de Hannah. Cogí los papeles y leí el título.

Contrato de confidencialidad

- ¿Esto es broma? - dije.

- Para nada, en la línea de puntos. - dijo acercándome el boli.

- Ya basta.

Nate se acercó a mí y se agachó para hablarme, parecía preocupado, yo estaba intentando procesar la información. ¿En serio los ricos hacen estas cosas? ¿Porqué se complican tanto la vida?

- Es un papel que me asegura que no vas a decir dónde vivo ni ningún dato personal al que puedas acceder dentro de este apartamento.

- ¿No te fías de mí?

Los Secretos De NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora