Capítulo 10

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Narra Jade

Bostece mirando a Peter y a los niños perdidos, Mike está sentado a mi lado e al igual que todos los demás se encuentra atento a todo lo que Peter dice, Felix se encuentra a su lado con los brazos cruzados y mira a todos seriamente como diciendo hagan lo que dice o les ira muy mal, apoye mi cabeza en la pequeña cabecita de Mike, anoche Peter y yo miramos las estrellas hasta que la fogata se apagó, y Peter mando a todos a dormir, Me despedí de Peter y me fui a mi cabaña, en la mañana Felix vino muy temprano a despertarme diciendo que todos debíamos ir a la playa, ordenes de Pan, y aquí llevamos mirando a Peter más tiempo del necesario y él no ha dicho para que nos quería.

— Teniendo en cuenta que hemos sido atacados, y que la mayoría termino seriamente lastimados — Observo a todos con el ceño fruncido — Tienen que mejorar con el arco y la espada, si quieren sobrevivir tiene que saber usar armas, empezarán su entrenamiento con la daga, después la espada y por último el arco, tienen que volverse unos maestro y poder manejar todas sin ningún problema — Hablo seriamente, sonreír por mis adentros, Peter nació para dar órdenes — Felix les enseñara lo que tienen que hacer — Informo mirando a Felix, él solo asintió.

— ¡Todos busquen una daga! — Ordeno Felix, los niños perdidos se levantaron y tomaron las dagas, unas de las muchas otras que se encontraban en el suelo, Peter me miro e hizo una seña para que lo siguiera, me levante limpiándome la arena de mis pantalones y seguí a Peter.

— ¿A dónde vamos? — Le pregunte, Peter me ignoró y siguió caminando, rodé mis ojos — No debería quedarme.

— ¿Para qué te quedarías?

Me encogí de hombros, aunque él no volteo a verme en ningún segundo.

— Para poder pelear.

— No necesitas aprender a pelear, Jade — Volteo a verme con el ceño fruncido.

— ¿Y cómo voy a defenderme? ¿Qué haré si nos vuelven a atacar? — Me cruce de brazos molesta. Ni siquiera me está dando una explicación lógica.

— Jade — Camino hacia mí quedando frente de mí, se inclinó lo suficiente para que su rostro estuviera a unos centímetros del mío — No tienes que aprender a defenderte porque yo te voy a proteger, no tienes nada que preocuparte.

— ¿Es una promesa? — Mire fijamente sus ojos.

— Es una promesa, querida — Sonrió pellizcando mi mejilla.

— ¡Ah no hagas eso idiota! — Me queje empujándolo.

Peter se rió y no pude reírme yo también, es inevitable este chico tiene la capacidad de irritarme y hacerme reír con tanta facilidad que llega a ser ridículo. Siempre he pensado en nosotros como un huracán que arrasa con todo a su paso, todo puede ser calma pero apenas comenzamos a discutir y de la nada el infierno se vuelve un lugar agradable, ambos somos complicados, tenemos caracteres similares, ambos nos enojamos con facilidad y detestamos que nos ordene pero claro la diferencia es que Peter puede dar órdenes sin ningún problema y yo tengo que obedecerlas.

— Bien, vamos — Peter se dio la vuelta y siguió caminando.

— ¿A dónde vamos? — Pregunte siguiéndolo.

— Ya lo verás — Movió sus manos y su característica nube verde me envolvió, iba a gritarle pero termine gritándole a su habitación vacía.

— ¡Ah Idiota! — Gruñí, me lance a su cama, necesito recuperar las horas perdidas, Peter es el único idiota que me despierta tan temprano para nada.

Sentí como el sueño me estaba ganando cuando alguien sacudió mi hombro bruscamente, alejándome de cualquier posible sueño, abrí mis ojos molesta topándome con un molesto par de ojos verdes.

— ¡Vamos, Jade, no te traje aquí para dormir! — Siguió moviendo mi brazo. Le di un manotazo alejándolo de mí.

— ¿Y a qué supuestamente vine? — Pregunte sentándome en la cama.

Peter miro su cama y luego a mí, movió sus cejas y sonrió coqueto, termine sonrojándome y lanzándole lo primero que encontré, desgraciadamente logro atrapar en el aire la almohada que débilmente le lance, sonriendo victorioso.

— ¿Quién diría que fueras tan perversa, querida? — Sonrió burlándose.

— ¡Mu-e-re-te! — Dije separando cada silaba.

— Querida, no puedes vivir sin mí, me amas demasiado — Me sonroje avergonzada, estúpido ególatra.

— Lo que tú digas — Me levante lista para largarme, pero Peter rápidamente tomo mi brazo tirando de el quedando en vuelta en sus brazos.

— Yo digo que estás loca por besarme — Su rostro se acercó lo suficiente para que lo único que pudiera ver fueran sus ojos, me quede muda sin saber que decir y con el rostro hirviendo de la vergüenza — ¿Qué pasa Jade, estas nerviosa? — Su sonrisa y el tono burlón de su voz fue lo suficiente para hacerme reaccionar e intentar empujarlo, solo intentar el idiota me tenía firmemente sujeta a él.

— No estoy nerviosa — Seguí empujándolo pero sin ningún existo — ¡Suéltame, ahora! — Le ordene.

— Querida Jade, creo que has olvidado quién es quién da las ordenes aquí — Apretó sus dedos en mi cintura — Soy yo quién da las ordenes, cariño — Susurro en mi oído, me estremecí de los pies a la cabeza.

— Créeme Pan no lo he olvidado y te agradecería que me soltaras.

Sentí sus dedos acariciarme mi cintura, juro que intento no derretirme, o por lo me nos eso intento, pero se me es imposible, son sensaciones que nunca antes había sentido, nunca había estado a solas con un chico hasta que llegue a la isla, ni siquiera tenía pretendiente o algún prometido, Todo lo vivido con Peter es nuevo y fascinante, sus labios acaricia el lóbulo de mi oreja.

— ¿Quieres que te suelte? — Termino mordiendo el lóbulo de mi oreja, me mordí el labio, sin saber qué hacer.

— Sí — Susurre con los ojos cerrados, no esperaba que lo hiciera y sinceramente no molestaba la dirección que estaba tomando las cosas.

— Bien — Me soltó, traspille un poco mirándole perpleja, Peter sonrió — Vamos Jade, muero de hambre — Salió de la habitación riéndose.

Lo mire irse, me quede inmóvil sin saber qué hacer y muy confundida, por los Dioses este chico es un maldito bipolar y yo soy una ilusa, suspire cansada y termine siguiéndolo.

Just Me! [Robbie Kay/ Peter Pan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora