Capítulo 16

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Narra Peter

Me quede observando las llamas de la fogata con la flauta aun en mi boca, lo niños perdidos bailaban alrededor de la fogata aunque desde hace tiempo deje de tocar mi flauta ninguno de ellos parece importarles porque siguen bailando sin ningún problema.

Me he vuelto débil, no puedo dejar de pensar en Jade, y pensar en Jade me hace débil, han pasado exactamente tres días desde que la encerré en la cueva del eco, y aunque trate de ignorarlo su presencia hace falta, me he acostumbrado a verla ir de un lado a otro o simplemente verla sentada frente a la fogata, no puedo permitir que ella tenga poder sobre mí, no puedo.

— Pan — La voz de Felix me saco de mis pensamiento, mire al rubio esperando a que hablara — No hemos podido encontrar al hada.

— ¿Qué tan difícil puede ser encontrar a una estúpida hada? — Arquee mis cejas mirando a Felix, él solo se encogió de hombros.

— Es un hada muy escurridiza — Rodé mis ojos.

— Mañana seguirán con la búsqueda — Ordene, Felix asintió rápidamente, el rubio se quedó —parado frente a mí sin decir nada — ¿Qué? ¿Qué quieres?

— ¿Cuánto tiempo estará Jade encerrada? — Pregunto incomodo mirando al suelo.

— El tiempo que se me dé la gana.

— ¡Pero lleva tres días encerrada! — Protesto el enano de Mike, Me levante y camine hacia el enano quedando frente de él.

— ¿Quieres hacerle compañía? — Pregunte sonriendo burlón, él negó rápidamente — Eso creí, Mantén tu boca cerrada si no quieres terminar siendo el compañero de habitación de Jade.

Mike miro hacia el suelo asintiendo levemente, Felix me miro pero se mantuvo callado, está es la razón por la que tuve que castigar a Jade, si la dejaba hacer lo que quisiera los demás creerían que también podrían hacer lo que quieran y perdería mi poder, mi respeto, ellos perderían el miedo hacia mí, y eso sería perderlo todo. Suspire, y camine hacia los niños perdidos, todos dejaron de bailar, mirándome esperando mis órdenes.

— ¡Todos a dormir! — Ordene, rápidamente todos fueron hacia sus tiendas, excepto Felix que se acercó colocando su mano sobre mi hombro.

— Sé que la extrañas, todos lo hacemos un poco —Arquee un ceja, y Felix retiro su mano rápidamente — Lo que quiero decir es que ya entendimos, si no te obedecemos nos castigaras, y tendremos un castigo mucho peor, muchos creen que ese castigo fue suave, así que nadie quiere saber cómo son los castigos duros.

— ¿Qué mierda quieres, Felix? — Pregunte cansado.

— Solo te pido que saques a Jade, solo eso te pido.

— Ve a dormir Felix.

— Bien.

Cuando Felix entró a su tienda, volé directo hacia la cueva, aterrice frente a ella me quede mirándole, preguntándome si sería buena idea entrar, sacar a Jade y actuar como si nada hubiera ocurrido, entrar ahí con una actitud arrogante o simplemente entrar y sacarla sin decir ninguna palabra, sé perfectamente que ella estará enojada, triste y sobretodo dolida conmigo, sé que la cague, pero si ella no fuera tan ella, esto no hubiera pasado. Di la vuelta como un cobarde, mañana mandare a alguien que vaya por ella, yo no puedo, desaparecí del lugar y fui a la playa, me recosté en la fría arena mirando el oscuro cielo.

— No hay estrellas — Murmure — No hay luces que iluminan el cielo, la oscuridad a extinguido cualquier luz.

No pude evitar pensar en Jade, ella era una pequeña luz que iluminaba mi eterna oscuridad, pero yo mismo había apagado las luces que me iluminaban.

— ¿La extrañas? — Me sobresalte levantándome rápidamente sacando mi cuchillo de mi cinturón — ¡Tranquilo solo soy yo! — Grito Felix levantando sus brazos.

— ¡Mierda, Felix! ¿¡Qué haces aquí?! — Grite enojado. Él me miro sorprendido.

— Te vas a enojar por un buen amigo, ya pareces niña.

— No quiero hablar de ella — Me recosté de nuevo, Felix rodó sus ojos sentándose junta a mí.

— Sé que quiere, ¡Vamos! Te ayudará — Me animo, esta vez fui yo quién rodó los ojos, quién es el que parece niña ahora — Háblame de ella de lo que quieras, yo te escucho.

— Tú eres la niñita — Me burle. Felix rodó los ojos, esto se volvió una competencia de quien hacia rodar más veces los ojos al otro.

— ¿Vas a hablar o qué?

— A veces me pregunto porque quise que ella se quedará, pude dejar que se fuera, y no hubiera afectado en nada, pero algo en mí quiso que ella se quedará, algo me dijo que debía quedarse, que me pertenecía.

— ¿Qué sentiste cuando la viste por primera vez? — Felix se veía curiosamente interesado.

— Cuando la vi la primera vez, no pude evitar pensar en lo altanera, preciosa y orgullosa que era, como era posible que una chica que salía del mar con el cabello hecho un desastre y el vestido roto se podía ver tan hermosa.

— Después de esto no entiendo el por qué castigaste a Jade.

— Hay cosas que pude a ver hecho con Jades antes, sentir muchas más pero Jade es la que mejor me conoce esta isla y ella sabe perfectamente que hay algo que siempre he odiado y es que me desobedezcan.

— Eres el rey, no puedes desobedecer al rey.

— En Nunca Jamás no hay reyes, solo yo, Felix. 

Just Me! [Robbie Kay/ Peter Pan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora