Se encontraba muy atareado por el trabajo, ser oficial de policía era cansado.
Iba de camino a su hogar, sin embargo paró frente a una cafetería, tal vez algo dulce le bajaría el estrés.
Entro al lugar y un exquisito olor le llegó, observo el local, era un lugar muy lindo, un poco pequeño, pero eso no quitaba el hecho de que se veía y se sentía muy acogedor.
Llegó al mostrador y espero a que le atendieran.
Una chica le tomó la orden y le pidió que se retirará a sentar en alguna de las mesas. Decidió sentarse en la que se encontraba a lado del ventanal, para así tener una vista de lo que ocurría fuera.
— Un café con leche y un Kuchen de nuez, aquí tiene, provecho.
Naoto levantó la mirada para agradecerle por traer su pedido, al hacerlo se encontró con una chica bastante linda ante sus ojos.
— Si, gracias — murmuró después de salir de su trance.
— No hay de que, espero y vuelva pronto — exclamó con una pequeña sonrisa.
Naoto salió del lugar aún un poco aturdido, sin duda volvería a esa cafetería solo para ver a aquella hermosa señorita.
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Y así fue, siempre que Naoto se sentía estresado e inclusive cuando no lo estaba, se dirigía a aquel local, aparte de que los postres y las bebidas eran deliciosas, podía ver a esa chica la cual, inconscientemente, había llamado la atención de aquel chico.
Tanto así era la presencia de él en el lugar, que ya se sabían los que pediría.
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— ¿Lo mismo de siempre? — preguntó la razón por la que él se encontraba ahí.
— Si, por favor.
— Claro, aquí tienes el ticket, puedes retirarte a esperar tu pedido — le dijo con una sonrisa.
El asintió y se fue a esperar en el mismo lugar de siempre, junto al ventanal; después de varios minutos esperando una loca idea paso por su cabeza.
— ¿Y si le pido su número de teléfono? — Pensó.
Así es, aún no se atrevía a pedirle tal cosa, ni siquiera su nombre sabía, prefería estar en las sombras admirandola, aunque eso sonará extraño y turbio.
Ese pensamiento lo descartó inmediatamente, no podría hacer tal cosa, no aún.
— Aquí tienes.
— Gracias.
Rápidamente salió del local, acción que dejó a la chica confundida.
Naoto se encontraba en una situación complicada, ¿Estaba enamorado de esa chica? Pero ¿Cómo podría ser posible? Ni siquiera habían intercambiado más de 5 palabras, y siempre era para pedir su comida.
Debía estar mal. Dejo de ir a la cafetería para aclarar sus pensamientos, normalmente los aclararía en el local, ya que esté le producía calma y se podía concentrar fácilmente, pero la persona por la que quería pensar fríamente se encontraba ahí, por lo que no podía pasar su tiempo en ese lugar.
Mientras que a la chica se le hacía raro que si cliente más frecuente dejara de ir así de la nada, claro que la preocupo, pero no podía hacer nada más que esperar a que volviera, y esperaba que lo hiciera en el menor tiempo posible.
[ ... ]
Después de 1 semana y media, Naoto decidió regresar a la cafetería; había aclarado su mente lo necesario y ya sabía que hacer, le pediría una salida a la señorita, primero tenía que conocerla.
Al llegar al lugar se sintió en paz, sin duda le habían hecho falta sus visitas diarias.
Se dirigió a la caja y espero, hasta que una señora le atendió.
_ ¿Qué vas a ordenar? — preguntó esta.
— Uhm, un café con leche y un Kuchen de nuez, por favor — pidió mientras observaba el lugar en busca de la persona que había arrebatado sus pensamientos.
— Puedes retirarte a esperar.
— Si, gracias... Uhm disculpe, ¿Usted no sabe si se encuentra una chica de cabello ___ y ojos color ___? — preguntó armandose de valor.
— ¿Higuchi? Oh, ella ya no trabaja aquí, renunció la semana pasada — dijo con calma.
Naoto sintió como sus piernas flaquearon y trato de buscar soporté despistadamente.
¿Había renunciado? Todas esperanzas de salir con ella se esfumaron. Sintió como si le quitarán una parte de él, apesar de que no habían hablado mucho, ella se había vuelto importante para él.
No dijo nada y espero por su pedido, al entregárselo rápidamente salió, entro a su coche y respiró pesadamente, trató de calmarse y hasta que lo logró puso en marcha su auto.
¿Higuchi, eh? Al fin sabía su nombre, y no dudaría en buscarla así le costará trabajo.
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